Así fue la trampa que le tendieron al padre de Lamine Yamal
Las armas blancas utilizadas en la agresión se quedaron a pocos milímetros de órganos vitales
16 agosto, 2024 10:51Noticias relacionadas
El padre de Lamine Yamal, Mounir Nasraoui, asegura que debe calmarse. El miércoles por la noche se vio inmerso en dos altercados y pudo perder la vida en el segundo. "Me vi entre la vida y la muerte", admitió en El Chiringuito un día después de la agresión en un parking de Mataró. Sus agresores le tendieron una trampa.
Según explica La Vanguardia, el padre de Lamine Yamal se citó con sus agresores el miércoles por la noche en un parking porque pensaba que iban a hacer las paces tras su incidente, unas horas ntes. Nada más lejos de la readlida.
La agresión
"Los acusados, miembros de una misma familia del barrio de Rocafonda, tendieron una trampa a Mounir Nasraoui. Tras el incidente protagonizado a las tres de la tarde, se citaron con el padre del futbolista en un parking al aire libre para hacer las paces, le dijeron", relata el citado medio de información. "Pero se presentaron armados y sin mediar palabra le rodearon, golpearon, patearon y apuñalaron", añade La Vanguardia.
El diario del grupo Godó remarca: "La víctima permanecía ayer hospitalizada en el centro médico de Badalona, donde llegó pasadas las nueve de la noche del miércoles con tres puñaladas. Dos en el abdomen y una en un costado. El hombre no solo tuvo la suerte de que apareciera un amigo del barrio durante la agresión, también que la ambulancia medicalizada del Servei d’Emergències Mèdiques (SEM) se presentara veloz porque la víctima estaba perdiendo mucha sangre. De ahí que su pronóstico fuera grave cuando entró en urgencias.
Sin cuentas pendientes
La información asegura que "las armas blancas utilizadas se quedaron a pocos milímetros de órganos vitales" y agrega que el padre de Lamine Yamal no había tenido ningún problema previo con sus agresores. Todo comenzó el mismo miércoles con el incidente entre las dos partes en las calle Frank Marshall de Mataró. Fue el detonante de una agresión posterior que pudo terminar con la vida de Mounir Nasraoui.