Pocas relaciones en el mundo del fútbol son igual de tensas que la de Gerard Piqué y el RCD Espanyol. En los años que estuvo con el FC Barcelona, el exfutbolista fue un dolor de cabeza para la afición perica, lo que dio a pie a una rivalidad que ha dejado un montón de momentos polémicos. Por esa razón, el regreso del empresario catalán a Cornellà resultaba uno de los puntos de mayor interés del partido del elenco blanquiazul contra el FC Andorra.
Piqué, ahora como presidente de la entidad andorrana, asistió al partido de la jornada 36 de la Segunda División del fútbol español. No son muchos los encuentros a los que suele viajar el mandatario tricolor, pero era evidente que contra el Espanyol iba a ser una gran excepción. Su vuelta al Stage Front Stadium se dio con un desenlace positivo para el Andorra, debido a que consiguieron un empate (1-1) que complica las aspiraciones del ascenso directo del conjunto catalán.
Piqué, en modo incógnito
Aunque el regreso de Piqué a Cornellà era esperado en la previa del partido, lo cierto es que pasó totalmente desapercibido para la afición perica. Uno de los motivos fue que el dirigente del FC Andorra no estuvo en el palco presidencial del Stage Front Stadium, sino en uno privado que estaba alejado de la atención mediática. Ni siquiera las cámaras de televisión se percataron de su presencia.
Por esa razón, no hubo ni cánticos ni insultos contra el exjugador azulgrana. En los derbis que se disputaron en territorio del Espanyol era bastante común ver a la afición rival insultar a Piqué --algunos siendo sancionados por la Liga-- de forma lamentable, aunque eso nunca impidió al que fuera capitán del Barça a dar su máximo esfuerzo en esos encuentros.