Los Boixos Nois, o ultras que se esconden bajo el paraguas de este grupo que fue ilegalizado por el Barça, han vuelto. El sábado 25 de marzo protagonizaron algunos incidentes en Sabadell y los Mossos temen que intensifiquen su ofensiva en los próximos meses. Los nuevos boixos, o su facción más violenta, los Casuals, han cambiado de estrategia.
Peña fundada en 1981, en 2021 celebraron su 40 aniversario con un perfil muy bajo. En los años anteriores al coronavirus habían protagonizado varios incidentes en Lyon, Valencia, Sevilla y Vallecas. También en Barcelona, en una manifestación del Tsunami a favor de la independencia de Cataluña y en algunos partidos de la Champions del Barça.
Cámaras de seguridad
Preocupados por el incremento de las acciones violentas, los Mossos instalaron varias cámaras de seguridad en las inmediaciones del Camp Nou para identificar a los hinchas más radicales. Y controlaron algunos bares en los que se reunían antes de los partidos más atractivos.
La pandemia frenó a los Boixos Nois, inmersos en un relevo generacional, con los antiguos líderes desactivados. Muchos de ellos coincidieron recientemente en el entierro del padre de Lluís Sureda, máximo responsable de los Boixos en los años 90.
La Grada d'Animació
Tres décadas después, antiguos socios y líderes de los Boixos todavía acuden al Camp Nou. Pero no lo hacen agrupados, sino dispersos por las gradas del estadio. En sus localidades.
En 2016, la directiva de Josep Maria Bartomeu inauguró la Grada d’Animació de la que fueron vetados los Mossos. En la misma, formada por cuatro grupos (Almogàvers, Nostra Ensenya, Front 532 y Supporters Barça) no pueden entrar personas con antecedentes penales ni problemas con la Justicia.
Sin distintivos
“Los Boixos están prácticamente desactivados, pero todavía dan algunos coletazos. Y tememos que puedan hacerse notar en los próximos meses, sobre todo en algún desplazamiento”, aseguran fuentes policiales a Culemanía.
La misma fuente añade: “Ahora son más discretos, tal vez son menos futboleros pero igual o más violentos. No llevan distintivos y van vestidos de negro porque quieren pasar desapercibidos”.
La manera de comunicarse
Los Boixos también aprovechan algunos corteos, como el que se hizo antes del Barça-Real Madrid, para dejarse ver. Saben, sin embargo, que son grabados y prefieren el anonimato. También cuando planifican sus acciones violentas.
“Ya no utilizan whatsapp para comunicarse. Prefieren hacerlo a través de Telegram”, explica una fuente a Culemanía.
Paralelamente, algunos conocidos Casuals trabajan en empresas de seguridad. Otros han tenido problemas con el tráfico de drogas. Y, ocasionalmente, quedan para dar un golpe, ya sea con motivo de algún partido del Barça o por otros asuntos. Porque los boixos actuales poco o nada tienen que ver con los que fundaron la peña en un lejano 1981, a imagen y semejanza de los supporters ingleses y los ultras italianos.