El PSG está en caída libre. A pesar de contar con una plantilla plagada de grandes talentos, el equipo parisino atraviesa una de sus peores crisis en la era moderna. El Bayern Múnich ha sido el encargado de profundizar en esa situación tan crítica, tras ganar de forma merecida (0-1) en el compromiso de ida de los octavos de final de la Champions League.
Sin juego e intensidad
La primera mitad fue de un enorme sufrimiento para el conjunto liderado por Messi y Neymar. La presión asfixiante del elenco bávaro supuso un enorme dolor de cabeza, a tal punto que fueron pocas las veces que se aproximaron al arco rival. La suplencia de Mbappé --molestias físicas-- evidenció los problemas para atacar en transición.
Después de varias ocasiones, el Bayern tuvo su recompensa en la segunda mitad con un gol de Kingsley Coman, que formó parte de la cantera de la entidad de la capital francesa. A partir de allí se dieron varias oportunidades de ampliar la ventaja, pero Donnarumma estuvo firme para detener esas jugadas. El PSG estuvo a merced de su rival en una buena parte del encuentro.
Fue en el tramo final que el PSG tuvo un ligero despertar, a partir del ingreso de Mbappé. El delantero francés estuvo poco fino en sus primeras acciones, pero su presencia cambió las cosas en el campo. Incluso anotó un gol, pero fue anulado por un fuera de juego de Nuno Mendes. A pesar de la insistencia de los atacantes, el partido se saldó con una amarga derrota para los parisinos.
Al borde del caos
Se trata de la tercera derrota consecutiva para el PSG. La semana pasada cayeron en la Copa de Francia ante el Marsella y el fin de semana perdieron en la jornada liguera contra el Mónaco. Una crisis absoluta para el equipo dirigido por Galtiera, que está al borde de quedarse prematuramente fuera de la Champions League.