Tensión, insultos y mucho, mucho ruido contra Gil Manzano. La afición del Camp Nou jugó su papel antes y durante el partido de este miércoles contra la Real Sociedad, correspondiente a los cuartos de final de la Copa del Rey 2022-23.
Era el primer choque que el colegiado extremeño arbitraba al Barça desde aquella fatídica noche de finales de 2022 en Pamplona, cuando expulsó a Robert Lewandowski con doble amarilla --provocando su posterior sanción-- y también a Gerard Piqué por protestar. Los blaugrana ganaron aquel partido in extremis, pero ningún aficionado culé olvidó la polémica actuación del colegiado.
Y como ya van unas cuantas --véase su tremendo historial contra el Barça--, la hinchada del Camp Nou no dudó en recibir al extremeño este miércoles con música de viento. Para dejarle claro que es una persona non grata en el santuario blaugrana, y de paso para meterle presión de cara al importante duelo.
Pitadas masivas antes y durante el partido
La primera gran pitada se la llevó durante el calentamiento. Cierto es que el Camp Nou estaba semi-vacío media hora antes del choque, pero los pocos miles de aficionados que ya ocupaban las gradas no dudaron en silbar con fuerza al árbitro y a sus asistentes, provocando que el público se levantase de sus asientos a medida que el trío arbitral pasaba cerca en sus vueltas de reconocimiento.
Ahí ya vio claro Gil Manzano lo que le esperaría durante todo el encuentro. Algunos cánticos de "Gil Manzano, hijo de puta" fueron promulgados por el sector más radical de la culerada, junto a otros de "árbitro, qué malo eres" mientras que la mayoría se dedicó también a silbar y enseñarle el dedo corazón.
Justo antes de que empezase el partido, cuando la megafonía del estadio le presentó a él y a sus asistentes, se produjo una nueva pitada masiva. Esta vez, más fuerte debido al casi lleno del Camp Nou a falta de un minuto para que el balón echase a rodar.
Casi se come la roja a Brais Méndez
Ya durante el encuentro, se dieron algunas silbadas más. Sobre todo en situaciones puntuales, con faltas clarísimas no pitadas a Lewandowski --alguna de ellas de tarjeta-- y a otros jugadores que la afición protestó con rabia e impotencia. Especialmente la roja a Brais Méndez por pisarle el tobillo a Busquets, en una entrada criminal. Al principio Gil Manzano lo dejó en amarilla, pero desde el VAR tuvieron que avisarle para que cambiase el color de la cartulina.
La afición del Camp Nou lo celebró como si le fuera la vida. Y despidió a Brais con gritos de "tonto, tonto". Ambiente más que caldeado, en definitiva, contra un Gil Manzano a quien los culés han puesto la cruz desde hace tiempo.