Luis Enrique ha conseguido algo que, a día de hoy, no tienen otras grandes selecciones como Portugal o Alemania: formar un equipo, un puzzle en el que todas las piezas encajen a la perfección y se potencien sus cualidades individuales. La España de Lucho no tiene una estrella que sobresalga por encima de los demás, sino que se está convirtiendo en una máquina cada vez más engrasada.
Especial atención hay que depositar en el centro del campo: Busquets, Gavi y Pedri. Es la misma medular que tantas veces ha colocado Xavi Hernández en las alineaciones del FC Barcelona, con la diferencia de que el juego azulgrana --en la mayoría de ocasiones-- no ha sido tan fluido y vistoso como el que lució la Roja ante la selección de Costa Rica.
La medular carbura mejor con Lucho
Dicho esto, cabe recalcar que el nivel de los centroamericanos es ostensiblemente inferior al de los rivales que suele encontrarse el FC Barcelona, tanto en Liga como en competiciones europeas. En cualquier caso, Luis Enrique ha dado con la tecla para que los tres centrocampistas del Barça converjan a la perfección, y para que su rendimiento sea óptimo.
Busquets es más seguro en sus combinaciones y tackles con Luis Enrique que con Xavi. Puede que eso se deba a que las líneas de la Roja siempre están algo más juntas que las del FC Barcelona, algo que permite al de Badía correr menos y potenciar al máximo, por tanto, sus virtudes con y sin balón.
Gavi, por su parte, tiene más libertad para llegar desde segunda línea y acabar jugadas ofensivas, algo que en el Barça es más complicado por la presencia de delanteros consagrados como Lewandowski o Dembelé, que acaparan mucho balón. El polaco suele recibir casi siempre el último pase, mientras que el francés es un especialista desde el punto de vista asistente, a quien le dan el esférico para que desborde por banda y, después, ponga pases medidos a sus compañeros.
Una cuestión de libertad y confianza
Las funciones del gol y las asistencias están mucho más repartidas en la Selección. Y esa libertad de movimientos hace que Pedri y Gavi se sientan, quizá, con más confianza a la hora de probar cosas nuevas y dar rienda suelta a su talento ofensivo, mientras que con Xavi están algo más contenidos y ceden más protagonismo a los atacantes: dos extremos abiertos en banda y la figura inamovible de Lewandowski.
Pese a las pequeñas diferencias en el juego de los culés con Xavi o Luis Enrique, no obstante, cabe recordar que el de Terrassa también está sabiendo aprovechar al máximo la magia de sus jugadores. No en vano el Barça marcha líder en solitario de la Liga 2022-23 con 37 puntos de 42 posibles, mientras que fue eliminado de la Champions League por estar en el peor grupo posible y haber sufrido un robo arbitral en Milán. Si no, otro gallo hubiera cantado.