La escisión más radical de la afición del FC Barcelona, los Boixos Nois, volvió a la carga el pasado 8 de noviembre en Pamplona. Durante los prolegómenos del Osasuna-Barça disputado en el estadio El Sadar, tuvo lugar una agresión de los ultras azulgranas a miembros del grupo radical Indar Gorri. Cuatro personas quedaron heridas en la reyerta. El aumento de los desplazamientos radicales preocupa ante el silencio de Cataluña sobre sus datos.

Los Boixos Nois, una de las facciones más violentas del Barça, permanece en la cuerda floja desde el inicio de la pandemia del coronavirus. Sin embargo, todavía aprovecha partidos de competición europea del club para protagonizar acciones vandálicas. El pasado 10 de marzo, trataron de organizar con ultras del Galatasaray en los Jardines de Bacardí un enfrentamiento violento entre aficiones que finalmente no tuvo lugar. Aun así, los Boixos aprovecharon para tirar pirotecnia contra los Mossos d'Esquadra.

Repunte tras la pandemia

La preocupación principal respecto a los ultras de los equipos de fútbol reside ahora en un repunte preocupante. Y es que con la pandemia, el Informe de la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia correspondiente a la temporada 2020-21 destaca que un 27% de los encuentros se disputaron a puerta cerrada. Con 231 de los 842 partidos sin espectadores en la grada sí que hubo una caída de los incidentes. No obstante, los desplazamientos de los denominados "grupos de riesgo" bajaron un nimio 4,62%. Su radio de actividad abarca los aledaños de los estadios, por lo que la logística de los partidos no afecta a su modus operandi.

Por ello, los últimos vaticinios del informe estatal apuntan que con el fin de la pandemia, "el desplazamiento de grupos de riesgo podría haber aumentado considerablemente". Si bien los equipos de fútbol mantienen un mayor control sobre la entrada de ultras a sus estadios, todavía no han conseguido erradicar los actos vandálicos en los alrededores.

Los Boixos Nois, presentes en Pamplona, en la previa del Osasuna-Barça / FootballDoNorte

Los Boixos Nois, presentes en Pamplona, en la previa del Osasuna-Barça / FootballDoNorte

El silencio de Catalunya

Los incidentes en Pamplona son solamente el último de las decenas de episodios violentos que perpetran grupos radicales de aficionados al fútbol. Sin embargo, Catalunya guarda silencio institucional sobre una tendencia preocupante que vuelve a propagarse. El informe en cuestión denuncia que la comunidad autónoma catalana no comparte datos desde la temporada 2012-13.

La recopilación de datos sirve al Estado español para adopar medidas en materia de seguridad sobre acontecimientos deportivos. Catalunya administra los datos mediante un organismo propio, creado en 2009. Los Mossos de Esquadra llevan las riendas en lo que atañe a los eventos deportivos de riesgo.