Caída en picado. Así podría definirse la carrera deportiva de Neymar Jr --y también su imagen personal-- desde que fichó por el Paris Saint-Germain hasta el día de hoy, transcurridos cinco años de frustraciones, lesiones, polémicas y un quiero y no puedo constante. 222 fueron los millones que abonó el club galo al Barcelona, en concepto de cláusula, para rescindir el contrato que el brasileño había firmado con los culés en abril de 2017, y que en agosto ya no valía para nada.
Neymar quiso huir de la sombra de Leo Messi y no se dio cuenta de que, precisamente, bajo el ala del argentino estaba mucho más protegido. Curioso el destino, ambos vuelven a compartir vestuario en París, y han sido dos de los jugadores más criticados por la afición francesa en los últimos meses.
Pero volviendo a cómo se ha desarrollado el declive de Ney en el último lustro, es necesario destacar una evidencia irrefutable: el progresivo descenso de sus registros goleadores y asistentes. El brasileño y Kylian Mbappé llegaron el mismo verano al Parque de Los Príncipes, pero en un principio fue el exazulgrana quien se alzó con el trono de líder del equipo.
Todo quedó en una promesa al aire
Durante su primera temporada, Neymar Jr brilló en el PSG con una media de un gol por partido --0,99, en concreto-- y llevando el peso del ataque con 0,53 pases de gol por encuentro. Cifras de auténtico escándalo que hacían pensar que el futbolista había dado un paso adelante y, por primera vez, podría liderar al combinado francés a la consecución del ansiado título de Champions League.
Nada más lejos de la realidad, en sus cinco años en París el brasileño no ha levantado ni una orejona, y para colmo también se ha dejado por el camino algunos trofeos menores como Copas, Supercopas o Ligas de Francia --como la perdida a manos del Lille en la temporada 2020-21-- que, por jugadores y presupuesto, resulta sonrojante que el PSG no fuese capaz de conquistar.
Bajada drástica de sus porcentajes
El caso es que los números de Neymar Jr daban la razón a Al Khelaifi al principio, pero a partir de la segunda campaña los registros empezaron a bajar. El exfutbolista culé empezó a lesionarse, a ser cuestionado, a perder la concentración y perderse en polémica extradeportivas. En su segunda temporada jugó el 51% de los partidos posibles y mantuvo cifras de 0,82 goles y 0,46 asistencias por duelo. Más que aceptable, incluso para una estrella absoluta como él.
En su tercer año, actuó en el 55% de los partidos y sus números descendieron a 0,7 goles y 0,44 asistencias por encuentro, mientras que el cuarto y quinto curso fueron todavía peores, con un bajón de rendimiento muy pronunciado. 0,54 goles y 0,35 asistencias por partido; y 0,23 tantos y 0,23 pases de gol por compromiso en las campañas 2020-21 y 2021-22, respectivamente.
En París ya quieren quitárselo de encima
A día de hoy, la crítica hacia Ney es tan grande en Francia que le han acusado de llegar “al límite de estar borracho” a los entrenamientos. El brasileño fue silbado en los últimos partidos en el Parque de Los Príncipes y, pese a tener contrato vigente hasta junio de 2025, desde la directiva de Nasser Al-Khelaifi tienen intención de traspasarle este mismo verano si llega una buena oferta.
No en vano se trata, con permiso de Kylian Mbappé, del jugador mejor pagado de la plantilla con un sueldo superior a los 30 millones de euros netos al año, y uno de los mejor pagados de toda Europa. La decepcionante eliminatoria de octavos de Champions 2021-22 ante el Real Madrid le puso el foco en la cara, con una actuación que no estuvo a la altura del escenario.
El jugador se lamentó, aunque en su favor hay que decir que Mbappé fue el único que brilló individualmente, y que Neymar acababa de recuperarse de su enésima lesión para jugar la eliminatoria cogido con pinzas. Sea como sea, en París ya están cansados de sus excusas... ¿Volverá a ser algún día lo que fue? La calidad la sigue teniendo. La actitud y la fortaleza física, ya son otro cantar.