El último ridículo del PSG con Messi, Neymar y Mbappé de titulares

Mauricio Pochettino no puede respirar tranquilo. Si bien es cierto que el Paris Saint-Germain dio un golpe encima de la mesa en Champions League al vencer al Real Madrid en la ida de octavos de final hace unos días, lo cierto es que el conjunto parisino sigue sin mantener la regularidad ideal.

Este pasado sábado, con el tridente formado por Leo Messi, Neymar Jr y Kylian Mbappé en el campo, los galos cayeron derrotados en el estadio del Nantes. Y no sólo eso, sinon que a la media parte iban tres goles por debajo en el electrónico.

Tres goles al descanso

Muani, Merlin y Blas, los goleadores, sacaron los colores a un indolente PSG cuyos jugadores no parecen motivarse de igual manera en Champions League que en la Ligue 1. Pochettino introdujo algunos cambios con respecto a la alineación que ganó al Real Madrid en el Parque de Los Príncipes, pero pese a ello se vivió un extremo impredecible al final de la noche.

Leo Messi se disfrazó esta vez de asistente, pero no estuvo acompañado por un Mbappé que se topó con un muro infranqueable con Lafont, el portero de un Nantes impredecible. Neymar Jr falló un penalti y, aunque el PSG sigue a años luz de sus perseguidores al dominar la Ligue 1 con trece puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, están claras cuáles son las grandes prioridades del equipo parisino.

Neymar Junior en un entrenamiento del PSG / PSG

Neymar Junior en un entrenamiento del PSG / PSG

Con el tridente no es suficiente

Después de un primer tiempo en el que el Nantes se mostró más que efectivo y terminó con 3-0 a favor, Leo Messi repartió un pase de gol a Neymar Jr y también una asistencia de oro a Mbappé, que forzó el penalti fallado anteriormente por el brasileño.

El PSG, de esta forma, firmó este pasado sábado su segunda derrota en liga y sigue sin ofrecer las garantías necesarias a una afición que pide más. Con Neymar, Messi y Mbappé arriba los goles están prácticamente asegurados, pero no los buenos resultados. Y no siempre el equipo de Pochettino está trabajando precisamente como lo que debería ser: un equipo. El Real Madrid ya se frota las manos con una posible remontada en el Santiago Bernabéu.