Ante el fracaso de las dos anteriores temporadas, la afición se ha afanado en buscar culpables tanto en el campo, como en los banquillos como en la directiva. El club se ha inundado de medianías y supuestos cracks que no han cumplido las expectativas que se habían depositado sobre ellos.
Uno de los sospechosos habituales siempre fue Antoine Griezmann. El francés siempre fue el blanco de las críticas de los culés cuando las cosas no marchaban bien. Siempre se esperó mucho de un jugador que vino con la etiqueta de crack por su rendimiento en el Atlético, su alta ficha y el coste del traspaso (120 millones). La realidad es que nunca llegó a rendir como se esperaba y salió a última hora por la puerta de atrás con una cesión a su anterior club.
Sin victorias desde su marcha
Seguramente fruto de la casualidad, la realidad es que, desde que Griezmann se marchó sobre la bocina del mercado de verano, el Barça no ha vuelto a ganar. Ya van tres partidos desde la victoria frente al Getafe el 29 de agosto y los culés solo han cosechado una dura derrota ante el Bayern y dos tristes empates frente al Granada y el Cádiz.
Antoine Griezmann, junto a Frenkie de Jong, en un entrenamiento con el Barça en esta pretemporada / FCB
Si bien, Griezmann no llegó a brillar con el Barça, 17 goles y 9 asistencias en 102 partidos, su presencia y su cartel conseguían intimidar a las defensas rivales. No es lo mismo defender a Luuk de Jong que a Griezmann. Su capacidad para asociarse también es un elemento que hoy agradecería Memphis Depay, abandonado a su suerte en el ataque.
Números en el Atlético
La realidad es que el delantero francés de momento no está cuajando buenas actuaciones en la capital. De momento, lleva disputados 181 minutos en los que no ha conseguido aportar ningún gol ni ninguna asistencia. Ya no goza del protagonismo de antaño en el club y su figura se ha visto opacada por otros jugadores como Luis Suárez, Ferreira Carrasco o Ángel Correa.
Griezmann, triste por el empate EFE
Parece que el francés ha seguido la misma suerte que su antiguo club. Ni el Barça ni Griezmann parecen poder alzar el vuelo tras haberse separado. Condenados a no entenderse tampoco gozan de fortuna ahora cada uno por su lado. Ni contigo ni sin ti.