Kylian Mbappé lo volvió a hacer. Cuando más rumores había sobre su mala relación con el PSG y con el entrenador Tomas Tuchel, calló a todo el mundo como solo los grandes lo saben hacer: liderando a su equipo. Los parisinos se jugaban el pase a la final de la Copa de Francia contra el Lyon.
Después de una primera parte muy competida, el campeón del mundo decidió que ya era momento de cerrar el encuentro. Lo hizo con un impresionante hat-trick con goles de muy bella factura y dejando una goleada en el marcador (1-5). Neymar y Sarabia completaron el espectáculo.
Esta es la sexta final consecutiva de la Copa de Francia a la que llega el PSG. Han ganado cinco veces el título. Actualmente existe una diferencia colosal entre el equipo de Nasser Al-Khelaifi y el resto de equipo de la Ligue 1. Una diferencia parecida a la existente entre Mbappé y su compañero brasileño.
El tercer gol fue un ejemplo de ello. El galo recuperó un balón en el centro del campo y recorrió los 60 metros hasta la portería regateando de una manera muy veloz. Terminó con un recorte a Marcelo -muy parecido al de Messi a Boateng, del Bayern de Múnich- y superó al portero sin dificultades.
Neymar, segunda espada
Las dos figuras se entienden a la perfección, pero no están en igualdad de condiciones. Mbappé está un peldaño por encima de Neymar Junior, aunque sea mucho más joven (21 años). Aunque hay rumores de ello, difícilmente lo dejarán salir el próximo verano. Es la gran estrella de presente y de futuro.
Si alguien tuviera que salir del Parc des Princes sería el brasileño. Cuando está en un buen estado de forma, sigue siendo de los jugadores más desequilibrantes del planeta a pesar de sus numerosos problemas físicos. Sin ir más lejos, contra el Lyon se fue cojeando al descanso aunque luego volvió en la segunda parte como si nada. Tuchel reconoció que “fue tratado al medio tiempo. Dijo que tenía dolor, pero quería intentar jugar y no le importó”.
Neymar Junior quejándose de la expulsión contra el Girondins / EFE
Todo apunta que, si alguno de los dos tiene que abandonar París, Neymar tiene todos los números. El Barça seguirá atento a los movimientos del jugador y a la amenaza del fair play financiero que puede afectar al PSG. Si ven una buena oportunidad irán a por él un verano más.