Dani Alves volvió a su país natal, Brasil, como una estrella consagrada y una apuesta deportiva y económica de grandes expectativas para el Sao Paulo. El MVP de la Copa América, que levantó como capitán, regresó al fútbol brasileño a sus 36 años tras no renovar con el PSG y no encontrar un equipo europeo que quisiera hacerse con sus servicios, pese a que llegó a ofrecerse al FC Barcelona.
Una nueva etapa en su carrera deportiva y posiblemente la última donde colgará las botas, donde ha vuelto a vivir el fútbol de élite Sudamericano. Alves acapara todos los focos de atención y se ha convertido en el líder de la hinchada paulista, pero como siempre, no tiene pelos en la lengua y menos cuando se trata de denunciar situaciones polémicas y preocupantes.
El lateral analizó su situación en la liga brasileña, pero también habló sobre su pasado en el PSG, Barça y Sevilla. Un pasado donde en algunos estadios recibió un trato racista. Una de las imágenes que dieron la vuelta al mundo fue cuando el carrilero se comió un plátano durante un Villarreal - Barça. Un plátano que cayó de la grada como muestra de racismo y que el lateral se tragó como respuesta.
Lo peor, en París
Fue de los pocos incidentes de esta índole que Alves vivió como jugador de la Liga española, pero el racismo sigue vivo en el fútbol. Una situación que el carioca no rehuye y por la que esta vez atizó a su antiguo equipo, el PSG. En el Parque de los Príncipes jugó dos años y ganó dos Liga, pero el recuerdo que guarda de la capital francesa está muy alejado de la realidad deportiva que vivió.
Pese a compartir vestuario con muchos brasileños y ser un indiscutible en el once, Alves reconoció --y atizó-- al racismo imperante que se vive en la capital francesa, en el país y en la afición parisina. En una entrevista concedida a GQ, habló sobre sus preferencias a la hora de elegir residencia y aprovechó la ocasión para denunciar a una parte de la sociedad francesa.
Dani Alves durante un partido del PSG / EFE
"París es una ciudad estresante, no me gusta mucho. Si vas a París por una semana, va a ser el viaje de tu vida. Más de eso ya te va a cansar. En eso se parece un poco a Sao Paulo pero ahí son jodidamente racistas", espetó. Un racismo que no vivió en primera persona y que justificó así: "Aunque conmigo no hicieron nada, porque les enviaría a todos a tomar por culo, sí lo vi con mis amigos", explicó.
La Liga española
Cuestionado también por sus preferencias personales a la hora de elegir ciudad, el lateral reconoció que Sao Paulo se parece a París, pero que de todas las ciudades que ha vivido en Europa su favorita es Sevilla, por encima de Barcelona: "La gente allí parece brasileña, vive en la calle, tiene una energía genial. Son muy frescos, si te atreves la jodiste. Pero prefiero que la gente sea así que al revés", destacó Alves.