Leo Messi fue el protagonista un día más en el verde. No fue en partido oficial, pero captó la atención y los gritos de todos los asistentes al Mini Estadi este viernes en el primer entrenamiento del año a puertas abiertas. Niños, mayores, y jóvenes corearon el nombre del argentino que, ya como primer capitán, regaló goles, asistencias, espectáculo y autógrafos a los presentes.
Con la afición consciente de los siete puntos de distancia con el Real Madrid, que tropezó frente al Villarreal la noche anterior, miles de asistentes celebraron los goles del argentino y el equipo como si se trata de un encuentro regular en una sesión que lleno el estadio de banderas, color y sonrisas que más tarde se trasladaron a distintos hospital de la capital catalana con la visita de los jugadores del primer equipo masculina y femenino.
Con la sonrisa habitual de una jornada distinta, Leo se dio un baño de masas antes de visitar al Getafe este domingo en el Coliseum con un objetivo claro: brindar el mejor regalo de reyes a la afición azulgrana: tres puntos difíciles y mantener el liderato en solitario.
Una prueba de fuego contra un rival duro de roer, y con una estadística que los hombres de Ernesto Valverde deberán enterrar. Ganar el primer partido del año nuevo.