Lamine Yamal y su padre Mounir Nasraoui

Lamine Yamal y su padre Mounir Nasraoui REDES

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Las duras confesiones de Lamine Yamal: el apuñalamiento a su padre y su infancia humilde

La estrella del Barça se sincera desde la llegada de sus padres y su abuela a Catalunya hasta el estrellato y el momento más duro de su carrera

La joya de la Masía que aspira a ser el nuevo Lamine Yamal: tiene una velocidad endiablada y nadie puede pararlo

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Lamine Yamal ha alcanzado la cúspide del fútbol mundial antes de alcanzar la mayoría de edad. Cuando explotó en el primer equipo del Barça con apenas 16 años --debutó a los 15--, todavía vivía en la Masía. Dos temporadas más tarde se ha independizado y ha respondido a las expectativas depositadas en su brillante porvenir.

No ha sido un camino de rosas, y el FC Barcelona ha mimado especialmente a la estrella de Rocafonda desde su aterrizaje en la Ciutat Esportiva Joan Gamper, con siete años. Desde su nacimiento, ha mantenido un estilo de vida nómada, empujado por las dificultades económicas de su familia y, posteriormente, el divorcio de sus padres. El jovencísimo 10 azulgrana se ha confesado en el podcast Resonancia de Corazón, en conversación con el periodista José de la Morena. De su infancia humilde a la fama mundial, la abundancia y el apuñalamiento a su padre Mounir Nasraoui

Los orígenes

"La primera en llegar fue mi abuela, que se coló en el bus desde Marruecos y consiguió llegar a Mataró. Empezó a trabajar en tres turnos para que mi padre pudiera venir porque se quedó en Marruecos y cuando mi abuela hizo algo de dinero pagó a una señora para que trajera a mi padre y a su hermana, que vinieron con 3 años. Mi madre vino de Guinea con mi abuela y llegaron a Barcelona", relata sobre los orígenes de su familia en Catalunya.

Lamine Yamal celebra un gol con el Alevín A del Barça

Lamine Yamal celebra un gol con el Alevín A del Barça La Liga

En sus primeros años, Lamine deambuló de un hogar a otro hasta su aterrizaje en la Masía: "Mis padres se conocieron aquí, así que empezamos a vivir en una residencia de padres jóvenes, que era como un comedor y todo bien. Luego siempre hemos vivido... típico que un amigo tiene una casa y te deja una habitación hasta que mis padres se separaron. Entonces él se fue a vivir con mi abuela y mi madre conmigo en Granollers. Iba al cole, volvía, iba a entrenar y veía a mi madre por la noche, que volvía de entrenar". 

"Mi madre es mi reina"

Sheila Ebana, su madre, se ocupó de que nunca le faltase de nada, e incluso le dio caprichos que todavía disfruta como las videoconsolas. Una vez consolidado en la élite, Lamine ha podido devolverle su amor: "Mi madre no podía estar mucho conmigo por el trabajo, pero siempre me hacía la cena cuando venía por la noche. Le compré una casa donde ella eligió, es mi reina, se lo merece todo y es lo que más quiero en este mundo. Me acuerdo que me compró La PlayStation 4, que para mí en ese momento lo era todo. Tuve la Play 2 y la Play 3 de segunda mano y la 4 buena".

Lamine Yamal y su madre, Sheila Ebana, en Japón

Lamine Yamal y su madre, Sheila Ebana, en Japón Redes

El salto prematuro a la fama lo cambió todo. Renovación excepcional en 2023 para alargar su contrato hasta 2026, el máximo permitido por ley para menores de edad, y un papel tan importante como el extremo derecho titular. En medio de la montaña rusa de emociones, llegó el peor momento de su carrera: el apuñalamiento a su padre en Mataró.

"No le volvería a hablar nunca"

"Estaba en el coche con mi primo Moha. Tenía el Carplay puesto, que conecta el móvil a los altavoces, y me llamó mi prima, que estaba en Marruecos. Y me preguntó '¿estás solo?' Y me lo empezó a contar y también llegaron más llamadas. En ese momento yo era un niño de 16 años. Lo primero que hice fue bajarme del coche e intentar irme a la estación de tren para ir a Mataró. Imagínate que eres un niño y te dicen que han apuñalado a tu padre. Intenté subirme al tren, pero mi primo no me dejó".

Lamine Yamal celebra el 39 cumpleaños de su padre, Mounir Nasraoui, en el restaurante Gaudim

Lamine Yamal celebra el 39 cumpleaños de su padre, Mounir Nasraoui, en el restaurante Gaudim MONTAJE CULEMANIA

Finalmente, una llamada de su padre desde el hospital calmó su preocupación: "Le dije que me llevara a Mataró o no le volvería a hablar nunca, pero no me dejaron. Me encerraban en casa y yo intentaba salir. Fue un momento duro y al día siguiente tenía entrenamiento. Entonces llamó mi padre y me dijo que estaba bien y que estuviera tranquilo. Lo fui a ver al hospital al día siguiente y ya todo se tranquilizó".