La foto más tierna de Erika, la divertida novia de Griezmann
La mujer del futbolista francés enternece a sus seguidores de Instagram
12 febrero, 2020 18:17Griezmann está cada vez más contento en el Barça y empieza a verse integrado con sus compañeros. Incluso su mujer, Erika Choperena. Aunque todavía no se la suele ver en muchas de las reuniones o fiestas que organizan las Wags del Barça, la influencer ya es una más.
Erika, que siempre se ha mantenido con un perfil muy discreto, es muy activa en sus redes sociales, especialmente en Instagram. En dicha aplicación de fotografía, la mujer del futbolista cuenta con más de 369.000 seguidores. La joven se atrevió a someterse al tercer grado de sus fans con un preguntas y respuestas. Por supuesto muchos de ellos se interesaron por su relación con el jugador del Barça.
Entre tantas preguntas la vasca se sinceró sobre lo que sintió la primera vez que conoció a Griezmann, su actual marido. “¿Qué fue lo que pensaste cuanto viste a Antoine por primera vez?”, le preguntó un usuario de la red social. “Este chico me mira demasiado”, fue la sincera respuesta de la vasca, que conoció al delantero cuando tenía 19 años.
Erika se ha amoldado con mucha facilidad a la ciudad condal. Está muy contenta de estar aquí, pero especialmente porque está cerca de los suyos. Para ella es muy importante que la familia permanezca unida. “Estoy feliz en Barcelona. Lo estoy cada vez que tengo a mi familia conmigo. Sea dónde sea”, aseguró.
Precisamente gracias a ella conocemos aspectos desconocidos de la vida de Griezmann, ya que él es poco dado a compartirlos en sus redes sociales. Erika está muy enamora del jugador, pero también de los dos hijos que tienen en común. Hace un par de días enternecía a sus seguidores con una tierna instantánea de sus dos bebés completamente dormidos. Están unidos y no se separan nunca. Los pequeños se quedaron dormidos en la cama cogidos curiosamente de la mano. Así se quitaron todos los miedos.
"Cuando ser hermano es mejor que ser un héroe... ¡Qué suerte la vuestra!", escribía Erika, quién a parte de hacerles las fotos se quedó un buen rato observándolos con una sonrisa de oreja a oreja.