Sara Carbonero e Iker Casillas apuntalan el futuro deportivo de sus hijos

Sara Carbonero e Iker Casillas viven felices en Oporto junto a sus dos hijos Martín y Lucas. La pareja lleva en la ciudad portuguesa desde 2015, cuando abandonó el cancerbero abandonó la disciplina del Real Madrid tras 16 años en el Bernabéu.

El guardameta madrileño tuvo dudas sobre su continuidad en el equipo portugués, pero tras semanas de incertidumbre decidió continuar. Lejos de plantearse su retirada de los terrenos de juego, Casillas sí tiene claro algo: quiere que sus hijos sean futbolistas. Futbolistas profesionales.

Como se aprecia en la fotografía, el primogénito de la pareja, Martín, ya luce los guantes de portero, mientras que de momento Lucas se decanta por ser jugador de campo. ¿Un posible lateral con el 2?

Exceso de presión

De momento se desconoce si los pequeños llegarán tan lejos como lo ha hecho su padre, pero los genes y la insistencia de Iker parece que están haciendo mella. Los dos hermanos dedican gran parte de su tiempo libre a entrenar y su padre siempre intenta sacar un hueco para jugar con ellos bajo palos. Quiere que sean como él. Una obsesión que no acaba de gustar a Sara Carbonero y que los más cercanos a la familia, han recriminado e más de una ocasión a Iker. No quieren que los niños sientan presión para que así puedan elegir libremente sus hobbies. De momento, Sara es la que compensa la balanza, la de deportistas y la de traviesos mientras juegan en un parque.