Estaba en el lugar oportuno en el momento oportuno. Eso le ha pasado a David Esteban, un guardia civil en prácticas que salvó a una mujer víctima de violencia de género del maltrato de su área.
El agente en prácticas estaba con su familia en la terraza de una cafetería cuando escuchó unos gritos de auxilio. Eran de mujer, y parecían proceder de un bloque de pisos cercano a donde estaban sentados en el distrito de Villaverde (Madrid).
Gritos de alerta
La situación hizo que Esteban decidiera hacer algo. Se acercó a la ventana, apartó la cortina y vio "una mujer ensangrentada y sujetando con sus manos el taladro". Cerca de ella había también un menor de edad.
Poco después empezó a escuchar golpes en el portal y nuevos gritos. Esta vez, de un hombre de entre unos 30 o 35 años. “No quiero saber nada de ella, quiero irme de aquí", asegura el agente que oía.
Actuación del agente
Sin dudarlo, David decidió actuar. Se abalanzó sobre el hombre, lo retuvo contra una pared y se identificó como agente de la autoridad. Una vez reducido, trató de tranquilizar al agresor y ver si portaba algún arma. No era el caso.
El guardia civil en prácticas emplazó entonces a los transeúntes a llamar a la policía. "Hasta que llegó la patrulla de policía me quedé con el hombre reteniéndole, y cuando llegaron los agentes les entregué al detenido", relata el agente en la Cadena Ser.
Factor clave
El suceso acabó con el agresor detenido gracias a este agente que se encontraba fuera de servicio. "En ese momento no pensé nada, todo lo hice automático y me salió de manera natural" relata en la radio. Solo actuó como le pareció, "es algo instintivo, y estamos para eso", concluye.
Sobre lo sucedido, David Esteban asegura tiene claro que, además de su rápida actuación hubo otro factor determinante que "le salvó la vida” a la mujer, el pelo. “Le iba a taladrar la cabeza en perpendicular, pero finalmente el pelo se enrolló en la broca desviando la trayectoria de la taladradora entrando en una forma diagonal, lo que le salvó la vida", sentencia.