El caso de Óliver, el niño malagueño de dos años y medio procedente de México intervenido de su cáncer cerebral en el Hospital de Sant Joan de Déu Barcelona, ocupó todas las portadas hace meses. El pequeño tenía un tumor muy difícil de extirpar y necesitaba ayuda, tras su intervención en la capital catalana poco más se supo.
Ya en su día los médicos que se encargaron de la intervención detallaron que no se le pudo extraer al 100%. Ahora, pasados unos meses, el pequeño ha tenido que volver a pasar por la mesa de operaciones.
Nueva operación
El menor pasaba este lunes por el quirófano que le extirpen la pequeña parte del tumor que quedó en la cabeza. La operación, según los médicos se saldó con éxito, aunque todavía queda camino por delante.
Fuentes de Sant Joan de Déu señalan que, una vez superada la intervención, Óliver proseguirá el tratamiento radioterapia con protonterapia en un centro de Madrid.
El caso
No será la primera vez. Entre esta y la anterior operación, el niño se sometió a un ensayo clínico de quimioterapia y radioterapia con protones en un centro en Madrid, por prescripción de los médicos.
El malagueño y su familia viajaron el pasado 26 de octubre en un avión medicalizado costeado por un empresario anónimo desde Cancún (México), donde estaban residiendo, hasta Barcelona, en una carrera contrarreloj para tratar de salvar la vida del pequeño, que tenía un tumor cerebral muy agresivo.
Primeras intervenciones
Pasó por el quirófano una primera vez, el 28 de octubre, para tratar la hidrocefalia (acumulación de líquido en cavidades del cerebro) y una segunda, el 2 de noviembre, para extirpar el 90 % del tumor.
Óliver es uno de los mil casos de cáncer infantil que se diagnostican anualmente en España.