"Estoy convencida de que hay más víctimas, pero ellas no quieren venir a declarar por el hecho de lo que son". Estas han sido las palabras de la fiscal del juicio del caso que investiga la desaparición y muerte de Marta Calvo.
La letrada solicita 120 años de prisión para Jorge Ignacio Palma, principal acusado de la muerte de la desaparecida, así como de los crímenes de Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas. Son 10 años menos que lo que requería inicialmente tras retirarse una de las víctimas como acusación, que no quiso declarar en el juicio. Le atribuye tres delitos de homicidio y 10 abusos sexuales. En concreto, la fiscal reclama 15 años de prisión por la muerte de Marta Calvo y una indemnización de 90.000 euros para la familia; y la misma pena por los fallecimientos de Arliene Ramos y Lady Marcela. Respecto a las supervivientes, otras siete víctimas, pide 10 años de cárcel por cada una de ellas por los delitos de abusos sexuales con la circunstancia agravante de género. Además, le atribuye un delito continuado de tráfico de drogas por el que le pide otros cinco años de prisión.
"Depredador sexual"
El Ministerio Público asegura que "nos enfrentamos a un depredador sexual y a una persona muy mala. Lo que más enfada a esta parte es lo que dijo el acusado en su declaración cuando afirmó que era una víctima y que había un complot contra él. Tenemos aquí a un ejemplo de pura maldad, a una persona satisfecha emocionalmente por causar un mal porque no quiere decir donde está Marta y seguirá diciendo que no lo va a decir a pesar de probarse que no la desmembró", ha subrayado.
Y en esta línea, ha añadido: "El acusado se refería a las prostitutas como pobrecitas y pedía que descansaran en paz. ¿En serio nos quiere hacer creer que tiene pena por ellas? ¿Qué siente Jorge Ignacio? No siente absolutamente nada de todo lo que ha hecho", responde.
Modus operandi
Así que ha pedido al jurado que olvide "la cara de pena" del acusado durante su declaración y sus "lágrimas de cocodrilo". "O no las olviden y comparenlas con los aspavientos que hacía cuando venían a declarar las víctimas y no le gustaba lo que oía", ha añadido.
La investigación revela que todos los casos repiten un patrón de actuación. El acuso invitaba a sus víctimas a una "fiesta blanca" en las que había cocaína y prositución. Incluso se ha comprobado que introducía droga en los genitales de las mujeres. Un hecho que él niega. Algunas de las mujeres consiguieron huir con vida, otras murieron en estas prácticas.
Drogas y prostitución
A lo largo del juicio, el imputado ha negado en varias ocasiones tener algo que ver en la muerte de esta terna de mujeres y asevera que jamás tuvo intención de matarlas, al ser preguntado por ello: “No, absolutamente”, ha respondido en reiteradas ocasiones a la letrada. Lo único que admite es ser consumidor de cocaína en "un 40%" de las citas, a su vez que ha confesado que le gustaba organizar "fiestas blancas" con las prostitutas: “A veces tiene una función erógena, se pone [cocaína] en un pezón en un pecho para tomarla, pero no en vagina o ano", detalla.
Preguntado por lo que ocurrió la noche en que Calvo perdió la vida, el encausado se desmarca una vez más de su muerte, aunque asegura que ese día pasaron la noche juntos porque él tuvo la mala idea de celebrar su cumpleaños con ella y no con su madre. "Ella dijo que se sentía mal, luego se duchó, nos dormimos y cuando desperté ya estaba muerta", ha relatado. Sobre por qué no llamó al 112 al encontrar el cadáver de la joven y, acto seguido, decidió descuartizarla y tirarla en diferentes cubos de basura, reconoce que lo hizo por miedo a que le pudieran acusar de su muerte. "Me dejé llevar por el pánico", se excusa, tal y como ya escribió en la misiva que entregó a la Guardia Civil en diciembre de 2019. "Hice algo terrible, pero yo no le quité la vida", ha insistido, a su vez que ha indicado que tras deshacerse del cuerpo pensó en suicidarse antes que entregarse.
Marta Calvo
Sobre el caso, la fiscal acusa a Jorge Ignacio de darle una dosis letal, "como hizo con otras víctimas", que acabó con su vida. "Y fue a conciencia y con intención homicida", ha asevera.
La letrada niega que el acusado descuartizara el cuerpo: "Intentó cortarlo pero vio que no era tan fácil y lo trasladó a un lugar desconocido. Marta está en lugar desconocido aguardando un milagro para que aparezcan sus restos. La ubicación de su cuerpo es un secreto que el acusado se va a llevar a la tumba. No descansa en paz", critica, al tiempo que enumera las contradicciones del acusado al respecto.