El titular del Juzgado de Menores número 2 de Valencia ha decretado libertad vigilada con alejamiento para los cinco menores acusados de haber violado a dos niñas de 12 y 13 años, una de ellas de forma grupal, el pasado lunes 16 de mayo en la localidad valenciana de Burjassot. Mientras, la policía sigue buscando al sexto implicado.
Si bien la fiscalía pedía este jueves el internamiento en régimen cerrado para cuatro de los agresores y libertad vigilada para el quinto de ellos. Todos los jóvenes encausados tienen edades comprendidas de entre 15 y 17 años. En su declaración, dos de los menores reconocen haber mantenido relaciones sexuales con las víctimas, pero aseguran que fueron consentidas. El resto niega haber participado en los actos descritos.
El juez desoye la petición de fiscalía
Las detenciones de los cinco varones se efectuaron a lo largo de la jornada del miércoles, 48 horas después de que se hubieran cometido los abusos. Todos ellos declararon este jueves ante el tribunal de la Fiscalía de Menores tras pasar a disposición judicial.
Fuentes del caso han revelado que uno de los agresores contactó con sus víctimas a través de Instagram y ellas habrían accedido a mantener una cita de forma voluntaria con dos de los menores. Finalmente, se presentaron en la casa abandonada donde habían quedado con dos de los acusados.
Violación en manada
Fue allí cuando uno de los jóvenes trató de mantener relaciones sexuales completas con una de las menores, esta se negó, pero él la obligó. Poco después, se añadirían otros cuatro varones que someterían a una de la niñas a una violación en manada. Así, una de ellas fue violada en grupo y la otra niña por uno de los individuos. Con todo, esta última logró zafarse de la agresión grupal y pudo dar la voz de alarma a una amiga. La tercera niña fue quien alertó a sus padres de lo que ocurría. Acto seguido, ellos pusieron los hechos en conocimiento de las autoridades.
La Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional se hizo cargo de las investigaciones y, gracias a su pronta actuación, ha permitido encontrar a los responsables a las pocas horas del trágico suceso. Una de las víctimas contó a sus padres que todo se había tratado de una “broma pesada”, aunque la familia no hizo caso de su relato y decidió acudir con ella a un hospital. Tras ser examinada, los médicos certificaron la existencia de señales compatibles con la agresión sexual descrita por su compañera.