Susto matutino el que se han llevado los pasajeros del vuelo Ryanair FR6875 con destino a Barcelona-El Prat. El avión, un novísimo Boeing 737 Max 8, que había despegado a las 6.15 del aeropuerto de Dublín (Irlanda), ha tenido que abortar el aterrizaje a su llegada al aeropuerto de la capital catalana después de que el piloto considerase que carecía de espacio suficiente para realizar la toma sin riesgos.
Tras frustrar el aterrizaje, la aeronave ha ganado altura de nuevo. Se trata de una maniobra conocida en el argot aeronáutico como go around, motor y al aire en español. Después de sobrevolar durante 15 minutos los alrededores de la Ciudad Condal, el aparato ha tomado tierra sin problemas en la infraestructura aeroportuaria barcelonesa.
Enaire confirma los hechos
Fuentes de Enaire han confirmado a Crónica Global que el avión, con capacidad para 197 pasajeros, ha aterrizado con normalidad por la pista 06L a las 10.10 hora local tras haber abortado un primer intento a las 09.52. Según señalan, ambos procedimientos se han llevado a cabo sin que en ningún momento haya sido necesario activar los protócolos de emergencia.
En este sentido, aclaran también que la toma frustrada ha sido decisión del comandante del vuelo de Ryanair, al considerar que no se daba la separación mínima --2,5 millas náuticas, es decir 4,63 kilómetros, al cambio-- con el avión que le precedía, un Airbus A320 de Wizzair procedente de Kutaisi (Georgia). Desde la gestora del espacio aéreo remarcan que el aterrizaje estaba autorizado, pues señalan que se daba la distancia reglamentaria entre las dos aeronaves para realizar la toma sin entrañar riesgos.
Ryanair insiste en que no se daba la distancia suficiente
Por su parte, la aerolínea coincide en señalar que la maniobra se llevó a cabo siguiendo las instrucciones de Control de Tráfico Aéreo. Sin embargo, contradice parte de la versión de Enaire al afirmar que la frustrada fue provocada por la falta de distancia suficiente con el avión que le precedía.
"Este vuelo de Dublín a Barcelona (11 de abril) realizó un procedimiento estándar de 'go-around' en la aproximación al aeropuerto de Barcelona debido a la falta de separación entre una aeronave en proceso", reza la respuesta emitido por la compañía irlandesa a este medio. Apostillan también que Ryanair, y en consecuente, el primer oficial de a bordo, "actuó de acuerdo con el procedimiento de seguridad" al abortar el aterrizaje y recuperar el vuelo de nuevo.
'Go around', ¿qué es?
El go around es una maniobra común que suele ocurrir de manera frecuente en los aeropuertos con un tráfico elevado de aviones. Se ejecuta cuando el controlador ordena desde la torre a los pilotos ganar altura de nuevo y no completar el aterrizaje con el objetivo de no comprometer la seguridad del pasaje, la tripulación y la del resto de la base.
En un aterrizaje normal, la potencia de los motores se va reduciendo poco a poco hasta tocar la pista, mientras que para la maniobra de motor y al aire es indispensable volver a aumentarla de forma muy significativa, con el fin de ganar altura en la mayor brevedad de tiempo posible. A pesar de que la aeronave del incidente registrado en El Prat es un Boeing 737 Max, lo ocurrido no tiene nada que ver con los dos fatales accidentes de 2018 y 2019 con el mismo modelo de avión y que obligaron a dejar en tierra durante varios meses todas las unidades de este prototipo producidas hasta entonces.