La Navidad ha traído su particular milagro a la isla de La Palma. Tras 97 días de ininterrumpida erupción, hoy 25 de diciembre, por fin se ha dado por finalizada la crisis volcánica que azotaba el Cumbre Vieja.
El Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) ha anunciado que la erupción del volcán de La Palma ha llegado a su fin. Así lo han determinado después de diez días de inactividad.
Graves consecuencias
Sin embargo, los científicos apuntan que "el fin de la erupción no implicará ni el final de la emergencia ni tampoco del peligro". De hecho, hace unas semanas la directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco, ya señalaba que el volcán de La Palma seguirá emitiendo gases incluso después de que se dé por finalizada la erupción y deje de emitir lava a la superficie.
Con todo, las consecuencias que ha dejado la lava en la isla son devastadoras: 7.000 personas desalojadas de sus casas y más de mil hectáreas sepultadas bajo la lava. Eso sí, la determinación de su fin supone un gran alivio para los palmeros.
Últimos datos
Según indican los expertos, la sismicidad y la nube tóxica, asociada al penacho volcánico, continúan sin variaciones y se encuentran ya en niveles bajos: las muestras de dióxido de azufre (SO2) son casi inexistentes y la lava ha dejado de discurrir por la ladera del volcán.
Además, en su avance inexorable hacia el mar, el material incandescente, emanado por los principales cráteres de la montaña de fuego, ha arrasado 1.237 hectáreas, muchas de ellas zonas agrícolas.