Investigan la muerte de 200 personas que participaban en un estudio farmacológico contra la Covid-19

La Comisión Nacional de Ética en Brasil (CONEP) investiga la muerte de 200 personas que fueron utilizadas sin ser informadas para participar en un estudio con proxalutamida contra la Covid-19. Al parecer, está operación contaba con la aprobación del presidente del país, Jair Bolsonaro.

Según revela este viernes El País, el compuesto, procedente de Estados Unidos, no estaba registrado en el territorio carioca, aunque la CONEP autorizó su uso en enfermos de coronavirus. No obstante, desde el ente señalan que jamás lo hicieron para que fuera probado en un número tan grande de personas y en casos que revestían gravedad.

Un experimento sin control

En concreto, desde la Comisión remarcan que el estudio se aprobó para que fuera llevado a cabo en 294 pacientes, no en 695 tal y como se hizo. Cabe "pacientes de cuidados intensivos gravemente enfermos".

Así las cosas, desde el Ministerio de Sanidad brasileño reconocen en un informe que existen indicios de malas praxis e irregularidades en el estudio. Se remarca también la rpresencia de pruebas que corroborarían una transgresión de las normas vigentes sobre ética en investigación con seres humanos.

Negligencias

Por todo ello, la Unesco señala este suceso como uno de los más graves en cuanto a infracción ética, puesto que el ensayo podría haberse costado la vida de 200 seres humanos. De confirmarse esta práctica, se habría atentado contra los derechos humanos.

La primera denuncia que dejó al descubierto el suceso fue interpuesta por la familia de Zenit, una mujer que falleció el 13 de marzo a la edad de 71 años. Tras sufrir un agravamiento del cuadro clínico producido por su positivo en Covid-19, fue ingresada en en un hospital de la región de Manaos.