La situación de las viviendas okupadas se ha vuelto un problema generalizado en la mayoría del territorio español. Manifestaciones, agresiones, inmuebles destrozados, amenazas, son algunas de las situaciones que viven los propietarios, pero también los vecinos.

Desde finales de veranos, en Torreagüera (Murcia), los habitantes salen a la calle para protestar contra el malestar provocado por un grupo de okupas. En siete meses, hay tres viviendas tomadas en el municipio y la convivencia se ha vuelto muy difícil.

Inseguridad y facturas

Los vecinos denuncian miedo e inseguridad. Los delincuentes, que hace medio año dejaron de pagar el alquiler de una vivienda, fueron expulsados de un inmueble hace unos meses, pero al encontrárselo tapiado, fueron a okupar otro.

Desde entonces, los responsables de estos hechos han pinchado los contadores de la luz y el agua de la comunidad. Las facturas se han disparado, superan los 1.000 euros, y ellos no se hacen responsables.

Amenazas

"Me llenaron el depósito del coche y de las motos con excrementos de animales", asegura una de las vecinas del inmueble okupado. Pero es que la situación va a más, incluso fueron a esperar a su marido, el presidente de la comunidad, al trabajo para intimidarlo. Y es que los habitantes del lugar llevan meses saliendo a la calle y denunciando este tipo de situaciones, sin éxito.

La situación se ha vuelto tan asfixiante que el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, visitó Torreagüera y habló los vecinos afectados por las familias de okupas. Asegura que buscan una solución y que una de las familias ya ha aceptado una vivienda social, otra aún no. Aun así, advierte que van a aplicar la ley contra la ocupación de viviendas de la comunidad autónoma que contempla sanciones de hasta 90.000 euros.