Un tatuador de Valladolid, de 30 años y sin antecedentes penales, se enfrenta a una petición global de condena de seis años de prisión por, supuestamente, abusar sexualmente de al menos tres clientas. El acusado fue denunciado por masturbarse ante ellas y tratar de que las propias víctimas terminaran de aliviarle.
Los supuestos abusos se produjeron en 2015 --los dos primeros-- y en 2018, cuando las víctimas acudían a la casa o al local del tatuador, situado en el barrio de La Victoria, para ponerse un piercing o tatuarse la piel.
Los abusos denunciados
En el primero, una de las mujeres se trasladó hasta la casa del tatuador para colocarse un piercing en el pezón. Para ello, el acusado la situó en la camilla y empezó a masajearle la zona con una crema anestésica hasta que, según la declaración de la acusación, empezó a masturbarse. Acto seguido, habría cogido la mano de la mujer para acercársela al miembro viril, en erección, ante lo que la clienta huyó de forma precipitada.
En el segundo, una clienta solicitó que le pusiera un piercing en el ombligo. El tatuador, que sabía que la mujer conocía la técnica, le propuso a la víctima que le colocara uno en su pene. Pero, para facilitar la tarea, le dijo que lo masturbara previamente. Ante la negativa de la mujer, el acusado habría tratado de bajarle los pantalones, aunque la víctima pudo huir del inmueble al propinarle un rodillazo.
Estudian un cuarto caso
La tercera víctima acudió al local del acusado para tatuarse. Una vez colocada en la camilla, el tatuador se acercó a una de sus piernas y empezó a masturbarse, algo que ella pudo comprobar al notar algo extraño, girarse y encontrárselo con los genitales fuera del pantalón.
El escrito de la Fiscalía también menciona otro caso, no sujeto a este proceso, en el que una joven --tenía 13 años-- denunció al tatuador porque le ofreció un piercing gratis a cambio de una felación. Una propuesta que la clienta rechazó y prefirió pagar 10 euros por el trabajo.
El tatuador niega los hechos
El acusado ha negado unos hechos que además trascendieron en las redes sociales y se tradujeron en la rotura de lunas de su local y la aparición de pintadas en el mismo. La fiscalía considera al encausado autor de tres delitos de abusos sexuales, por lo que solicita dos años de cárcel por cada uno de ellos y otros dos de libertad vigilada.
Mientras, una de las acusaciones particulares --que representa a dos de las presuntas víctimas-- pide cuatro años de privación de libertad --dos por cada delito--, la prohibición de aproximarse y comunicarse con ellas en cinco años y una indemnización de 3.000 euros a cada una por daños morales.