Las degracias nunca vienen solas, o eso debió pensar la familia de Franklin Daniel Escalante cuando encontraron su cuerpo sin vida. Este vendedor de dulces y golosinas discapacitado apareció muerto en su domicilio de Sucre (Venezuela) solo para robarle lo que tenía en casa.
Escalante era padre de dos hijos –de tres y seis años de edad– y fue degollado la madrugada del pasado domingo. La familia no se enteró hasta la tarde de ese día, cuando fueron a llevar a los hijos a su casa, que habían ido a visitar a la abuela.
Superación
Aída Ibarra, la madre de la víctima, ha revelado a El Universal que "de niño le dio poliomielitis, tenía su pierna sequita, caminaba renco [andaba con dificultad], aunque eso no era un problema insuperable porque era muy trabajador y estaba muy dedicado a su familia".
Los familiares explican el horror que vivieron cuando entraron en el inmueble, que estaba totalmente desordenado. Lo encontraron tirado sobre un charco de sangre en su habitación: "Le habían cortado el cuello".
Padre de dos hijos
La víctima estaba a cargo de sus dos hijos como único progenitor. Su mujer se había ido de Venezuela a la República Dominicana en busca de una vida mejor como consecuencia de la crisis política y económica que vive el país: "Ella le enviaba dinero para ayudar a la familia".
Los ladrones entraron para robarle la caja de abastecimientos de Venezuela (conocida como CLAP). También se llevaron otros prodeuctos alimenticios, dinero en efectivo, mercancía que vendía, ropa tanto suya como de los niños, zapatos y artículos electrodomésticos.