El llanto de un bebé es una de las cosas más tristes y descorazonadoras del mundo. Sin embargo, en el país nipón es el propósito principal de una de las tradiciones más asentadas en la cultura japonesa. El nombre de este curioso “concurso” es Naki Sumo y consiste en que luchadores de sumo profesional y bebés menores de un año compitan por ver quien llora antes y más fuerte. Increíble, ¿verdad? Pues se trata de un rito con más de 400 años de antigüedad.
“El niño que llora crece más rápido”
Este proverbio japonés es sobre el que se construye el Naki Sumo, conocido también como Konaki Sumo Festival, un evento que atrae a creyentes y curiosos de todas partes del mundo. La ceremonia comienza con un luchador de sumo sujetando a un bebé entre sus manos, con el cual no mantiene ningún tipo de vínculo afectivo. Es decir, son completos desconocidos.
Celebración del Naki Sumo / EUGENE HOSHIKO
Acto seguido, el hombretón comienza a agitar al pequeño para motivar su llanto. Una vez conseguido, otros adultos suben al escenario con caretas de demonios para que el miedo se transforme en puro terror y así los sollozos aumenten de intensidad. Sin embargo, por inhumano que parezca, el objetivo es colmar de fortaleza al bebé y, de paso, atraer la suerte y ahuyentar los malos espíritus. Un proceso que es supervisado en todo momento por un juez vestido con el traje tradicional japonés.
Más de 100 bebés llorando
Esta ceremonia se celebra cada año, a principios del mes de abril, en el templo Sensoji de Tokio. Allí acuden más de un centenar de niños, cuyos padres esperan ansiosos esa respuesta emotiva. A pesar del atractivo que este evento genera a ojos de turistas y medios internacionales, son muchos los japoneses que lo consideran antiguo e innecesario.
Hombre con careta en el Naki Sumo / EUGENE HOSHIKO
Un pensamiento que choca de frente con el de aquellos que lo practican. Y es que los progenitores no ven crueldad alguna en esta tradición, más bien todo lo contrario. Defienden que el llanto es algo sano para el bebé y que, debido a su corta edad, lo olvidará todo en cuestión de días. Consiguiendo antes el beneplácito de sus ancestros.