El gesto de Anabel Pantoja para retomar su relación con Kiko Rivera

Anabel Pantoja está de celebración. Hoy, 26 de julio, es Santa Ana y la influencer no ha dudado en felicitar a todas las Anas que hay en su vida. Ana María Martín, madre de Isabel Pantoja y abuela de Anabel, y Ana Rivera, la hija de cinco años de Kiko Rivera, han sido las protagonistas de esta felicitación.

“Felicidades a todas las Anas, en especial a mis favoritas: mi princesa y mi yaya”. Con esta frase y una foto de las tres generaciones de Anas, la sobrinísima ha hecho público en Instagram el cariño que le sigue teniendo a su familia, por mucho que ahora se encuentren todos separados los unos de los otros.

Historia de Anabel Pantoja / @anabelpantoja00

Gesto de acercamiento

Un gesto que sirve para acercar posiciones con el padre de Ana, su primo Kiko Rivera, con el que Anabel no se habla desde hace unos meses. Después de su enfrentamiento en el Deluxe, el DJ no quiere saber nada de su prima por no querer ver los documentos que ponen en entredicho la credibilidad de Isabel Pantoja.

De hecho, esta tarde en Sálvame Anabel ha confesado que estaba hablando por teléfono con la madre de Ana, Irene Rosales, para poder hablar con la pequeña y felicitarla. Algo que no sabemos si habrá desconcertado a Kiko Rivera, quien todavía no se ha pronunciado públicamente sobre la felicitación a su pequeña.

Relaciones entre los familiares

La familia Pantoja está resquebrajada. Las relaciones entre sus miembros van cambiando cada día. Isa Pi, por su parte, se encuentra en medio de sus primos. En su cuenta de Instagram, al menos, muestra una relación cordial con Anabel. La hija de la Pantoja ha compartido con sus seguidores el bikini que la colaboradora de Telecinco le ha enviado.

Historia de Anabel Pantoja / @anabelpantoja00

Después de estar trabajando unos días en Ibiza con su agencia de influencers, Anabel ha vuelto a Madrid para cumplir con sus obligaciones en Sálvame. Su negro, Omar Sánchez, por su parte, se encuentra en casa “enfermito”, como dice ella. Un santoral un tanto agridulce en el que Anabel intenta suavizar las aguas con su primo.