La futbolista Jenni Hermoso, la chef Ada Parellada, la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y la exministra de Igualdad Irene Montero han participado este miércoles en un homenaje póstumo a la actriz Itziar Castro, fallecida de forma repentina la pasada semana a los 46 años.
El homenaje se ha preparado en uno de los lugares favoritos de Castro en la ciudad, el restaurante Red Fish, en la zona del Puerto Olímpico, hasta donde se han desplazado unas 150 personas, algunas de ellas vestidas de rojo, como hizo la madre de la malograda artista, Lucía Rivadulla, en la ceremonia de despedida.
El beso de Rubiales
El acto lo han presentado las actrices Maria Molins, Cristina Dilla e Imma Sust, y entre los asistentes figuraban, aparte de los padres de Itziar Castro (recibidos con un prolongado y sonoro aplauso) y las ya citadas, el dramaturgo y guionista Guillem Clua, la abogada y criminóloga Carla Vall, la actriz Àngels Gonyalons y las presentadoras Ares Teixidó y Alejandra Castelló.
Con posterioridad, Hermoso, que fue una de las protagonistas del verano por el beso en la boca que le dio el ya expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales durante la celebración del Mundial ganado por la selección femenina de fútbol, ha expresado que "Itzi" le dio mucha "fuerza" en "los peores momentos" que pasó recientemente, en referencia a ese beso y todo lo ocurrido a raíz de ello.
Mensaje de Buenafuente
Colau, por su parte, ha explicado que "la propia Itziar lo había dejado por escrito que quería ser recordada". Ha sido "una muerte horrible, repentina, que nadie se esperaba, la echaremos en falta, porque era una mujer impresionante, con un talento artístico increíble, que tuvo que luchar contra los prejuicios, los discursos de odio, contra la discriminación, y que nunca perdió la sonrisa y las ganas de vivir".
Por último, y precedida por un mensaje de apoyo grabado de Andreu Buenafuente, en su intervención Irene Montero ha mostrado su cariño por la figura de Itziar Castro y ha calificado su temprana muerte de "injusta". Según la exministra, "el amor y el feminismo que la caracterizaban son una forma cuidadora de expresar esa tristeza y la rabia ante esa violencia, gordofobia, machismo y lgtbifobia mostrada incluso el día de su muerte".