Àlex Sardà: "El cine ha de poder reivindicar otras formas de ver la masculinidad"
El director catalán viaja hasta Jordania y muestra de nuevo el retrato de una masculinidad en territorio hostil
23 mayo, 2023 11:58Noticias relacionadas
La masculinidad está llena de tópicos. Si además hablamos de la masculinidad en el mundo musulmán ya se vienen más ideas preconcebidas. Àlex Sardà trata de mostrarlas desde otro lugar.
En Hafreiat, el realizador catalán, expande su trabajo anterior realizado en el mundo del cortometraje, para expandirlo hasta el largo documental. No le ha ido mal. Ganó el premio al mejor documental en la pasada Seminci de Valladolid y la cinta ha sido seleccionada en varios festivales internacionales.
Hombres y estigmas
La historia es pura metáfora y a la vez, una realidad que cuesta de ver, pero que, escarbando se puedo encontrar. Un yacimiento arqueológico sirve de telón de fondo para descubrir qué hay detrás de uno de sus trabajadores.
El catalán, que fue allí en con otro objetivo, descubre que, en uno de esos hombres, Abo Dya, hay una fragilidad. Una masculinidad herida, no por lo que en realidad es, sino por lo que le han hecho ser. Un hombre que, con todo el estigma, se descubre y muestra frágil. Como un tesoro al que es difícil llegar.
--Pregunta: En primer lugar, ¿cómo llega a la historia?
--Respuesta: Íbamos a ver qué ocurre cuando Occidente viaja a otros países a trabajar, qué impactos genera en los trabajadores locales, qué implica esto a todos los niveles. Empezamos a trabajar con el CSIC buscando cuál podría ser una expedición que pudiéramos acompañar o que pudiéramos ir a explorar y fuimos a Jordania. Y allí, nos encontramos una película haciéndola. Conocimos a este trabajador y fuimos creando una relación que nos lleva a él y a Abo Dya a abrirse. Tenía ganas de contar todo lo que ha pasado y descubrimos su viaje. Y el espectador va entrando con él del mismo modo que lo hicimos nosotros y la película te permite entrar en un mundo que no te esperas.
--Vemos a un hombre con el peso del estigma de la prisión, de su familia, de su pasado.
--Es que el estigma queda, y afecta a las posibilidades de acceder a un trabajo, a cómo te ve tu entorno, que al final lo sabe. Existe una presión social muy fuerte, sobre todo, en una sociedad muy tradicional como esta y lo que le pasa al personaje es que no tiene red. Es muy difícil tener red cuando has tenido que huir y dejar atrás muchas cosas. En su caso, para salvar a su familia ha ido a una zona de no peligro y el único sustento que tiene es su trabajo, pero le cuesta acceder una limpiar realmente lo que ha pasado y poder acceder a un trabajo digno, a poder seguir creciendo sin ese estigma.
--Pero hay algo crucial, el entorno.
--El entorno es importante y evidentemente es algo que te marca mucho incluso lo que tú crees que debes ser. Y de dónde vienes parece que te lleve a ciertas cosas. Pero en Abo Dya encontramos una sensibilidad que resaltaba en todo ese entorno. La relación con su hijo no era lo habitual y menos en aquella zona, porque nacía de una de una sensibilidad y una masculinidad muy bonita que va apareciendo. Es desde ese cuidado o desde esa voluntad de ver esa sensibilidad, la que nos abre las puertas al otro, no al revés. Por que es algo que no se suele ver, solemos encontrarnos relatos que se acercan a una masculinidad siempre desde la violencia, desde esos condicionantes que pueden llevar a las masculinidades a tener ciertos comportamientos. Nuestra película es al contrario, fue el amor, la sensibilidad del personaje que nos llevó a entrar en la vida de esa persona y poco a poco descubrir su pasado.
--En todos sus films hay esa voluntad de retratar esa masculinidad. ¿Por qué le suscita ese interés?
--Básicamente, no podemos huir de algún momento en el que vivimos, y creo que es muy bonito, porque nos está abriendo las puertas a revisitar muchas cosas y a poder cambiar muchos patrones. Precisamente por lo que se pone en torno a las masculinidades y al feminismo que lo están removiendo todo. Y como cineasta, es lo que toca, afrontarse a la creación buscando un lugar dentro del mundo, ya sea desde el documental o la ficción, como en mis cortometrajes, que al final son un recopilatorio de experiencias y de conocimiento de la sociedad en la que vivimos. Y es interesante cómo yendo incluso esto a Jordania acaba saliendo.
--¿El cine juega algún papel en el cambio de concepto de estas masculinidades?
--Sí, el cine tiene un papel importante han mostrado ese cambio de paradigmas. Es cierto, que mayoritariamente, hasta ahora se ha mostrado de una manera. Hay películas como La mala familia que trata temas parecidos de jóvenes que han pasado por la cárcel y que se enfrenta a la vida adulta con un relato que sale del amor y de la amistad. Pero es muy difícil si vienes de ciertos barrios y con las pelis que ves tu referente es el gánster, parece que hayas de ir allí. Por eso, creo que el cine ha de poder reivindicar otras formas de ver la masculinidad y de acercarse a todos, y en este caso a los hombres para mostrar otras formas de ser que ya existen sin ocultarlas, como hasta ahora. Mostrándolas se puede entrar a abordar otras problemáticas sin recurrir a la violencia. Por ejemplo, si entras al estigma desde el amor puedes entender mejor porqué existen estas dinámicas.
--El protagonista, precisamente, huye de ello. ¿Se debe huir a pesar del dolor que causa?
--A veces no queda otro remedio. En su caso es por su seguridad y la de su familia. Eso al final, lo deja sin la red, que en otros casos le da una ciudad.
--Habla mucho de esta red. ¿Qué papel juega?
--Sin red es muy difícil enfrentarnos a las cosas. Y, volvemos al caso de la masculinidad. Esa parte que cuenta de que uno puede hacer todo sólo, sin necesidad del otro y te obliga a estar sólo. Eso, de hecho, te desconecta. Compartir siempre es sanar y estar apoyado. Por eso él también intenta recuperar a la familia, aunque tiene a su mujer y a su hijo. Sin red no puedes superar ciertos problemas, como el estigma de salir de la presión.
--¿También es necesaria una red para poder realizar un documental sobre este?
--Y tanto, es extrapolable. Y esta peli fue así y conseguimos llegar a las salas.
--¿Es muy difícil llegar a las salas con un documental?
--Es una situación muy curiosa, porque parece que las plataformas le han dado una nueva vida al documental y la gente parece conectada a él. Pero el documental en cine es otra cosa y cuesta de ver. El problema es que la gente no entiende el documental como una peli, pero es cine y el cine tiene una voluntad de ser visto. Y una película como esta debe ser proyectada y poder generar un encuentro y un debate, sino queda coja de una pata. Y es difícil porque no tienen el mismo espacio en salas. Es cierto que en el documental hay diferentes tendencias. Está el reportaje y los documentales con una voluntad más cinematográfica. Esta película de hecho, no se basa en entrevistas y la construcción se acerca a la de una peli de acción.