La boda de Luis de Baviera y Sophie Evekink ha sido de película. Claro que eso no implica que haya sido la boda soñada por los contrayentes. Un desmayo causó un gran susto entre los presentes.

Todo parecía transcurrir con total normalidad. La novia entró en la iglesia Theatiner de Múnich acompañada del brazo de su padre. Su traje de encaje, velo de tul y tiara deslumbraron a los presentes.

Susto 

La mujer se acercó hasta el novio, que lo esperaba frente al cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Múnich y Freisin, quien ofició la ceremonia. Todo iba según lo previsto cuando, poco antes de pronunciar el esperado “sí, quiero”, la novia se desplomó frente a todos. El caos se desató.

La actuación de los equipos de atención médica ha sido rápida y efectiva y, tras beber un poco de agua, la contrayente se ha podido recomponer. Poco después la boda ha continuado.

Fiesta 

El enlace, finalmente, se ha producido tal y como marca la ceremonia. Los novios ya son marido y mujer. La fiesta ha proseguido en el palacio de Nymphenburg, ofrecida por el duque Francisco de Baviera.

No hubo regalos destacados. Los contrayentes solicitaron a los invitados que en lugar de presentes destinaran sus donaciones a organizaciones humanitarias. Una acción que ha sido aplaudido por muchos.

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