Álex García y Luis Tosar son los protagonistas de un tremendo drama psicológico que empieza como una frenética película de acción y que no deja de mantener al espectador en vilo, pero desde la emoción. La cinta de la que hablamos es Fatum, dirigida por Juan Galiñanes y escrita por él mismo, Alberto Marini (La Unidad).

Matizamos lo del guión porque para García lo es “todo, absolutamente”, a la hora de elegir un papel. “Cuando hay un buen guión, se siente a la primera. No hay duda, hay una especie de flechazo y aquí así fue. Y cuando te toca leer un guión tan bueno como este, sientes que aparece una sonrisa interior”, asegura a Crónica Directo.

'Fatum'

Lo particular de este texto escrito a cuatro manos son los giros. Hay dos historias que transcurren en paralelo. Por un lado, está Sergio, interpretado por Luis Tosar, un padre de familia con problemas con el juego y su mujer que se pasa por una casa de apuestas antes de llevar a sus hijos al fútbol. Decisión de la que se arrepentirá cuando se encuentre en medio de un atraco al local. Pablo (García), francotirador de la policía, tiene que ir allí, mientras espere que su hijo reciba un trasplante. El destino le lleva a cometer a cada uno dos errores que no se van a poder perdonar. De allí el título de la cinta.

El remordimiento, la culpa por lo que se deviene después, les atormenta y les une de la manera más insospechada y poco sana posible. El trabajo emocional de ambos actores, que sólo miran por el bien de sus hijos en esta tensa película, requiere de unas actuaciones a la altura de estos dos reconocidos intérpretes del cine español, pero García le saca hierro al asunto como cuenta en esta breve conversación telefónica.

--Pregunta: ¿Le ha costado mucho meterte en este papel en que este personaje con tantos dilemas morales?

--Respuesta: Pues mira, realmente como está muy bien escrito y dirigido y había el repartazo que tenemos en el que reflejarse y apoyarse no ha sido lo más complicado. Yo siento que lo más difícil lo tenía el director a la hora de elegir hacia dónde llevar a los personajes, porque en el ensayo había muchísimas posibles decisiones que tomar y ver en cada escena hacia dónde iba creciendo cada uno de los dos personajes.

--¿Cómo definiría a su personaje, sin spoilers?

--El personaje está en examen de su vida. Es un personaje absolutamente organizado, exigente, controlador, el mejor de su promoción, al que la vida, le pone en  por una circunstancia que no puede controlar, con la enfermedad que tiene su hijo. Esa es la gran eclosión que tiene mi personaje desde el principio de la película. Y es un buen aprendizaje, porque a veces nos sentimos desgraciados por algo que vivimos y en la película vemos que todo puede ir a muchísimo peor. Porque ya desearía él al final de la película que se hubiera quedado como al principio.

--De hecho, tiene muchos remordimientos su personaje.

--La culpa no es buena, consejera. Yo creo en el arrepentimiento. Todos nos equivocamos a una escala inmensa o pequeña y el arrepentimiento entiendo que te hace crecer, ver y dejar atrás esos comportamientos. Pero la culpa no es más que un lastre, un ancla al que decidimos agarrarnos y no nos permite continuar creciendo.

El actor Álex García / EFE

--En este caso, a su personaje le lleva hasta extremos insospechados, ¿se ha encontrado en casos así? ¿O si es la sociedad más que la culpa la que nos lleva hasta allí?

--La sociedad somos cada uno de nosotros. Somos nosotros los que con nuestras decisiones vamos eligiendo convertir nuestro día a día en algo desastroso y alejado de nuestro corazón O en algo bello. Independientemente de que cada uno tiene unas circunstancias y vive unas situaciones totalmente distintas, pero entiendo que a día de hoy siempre hay una elección. Lamentarte, victimizarte respecto a algo que te pasa o crecer y utilizar esta herramienta tan preciosa que tenemos que se llama corazón, que nos ayuda a vivir es cosa de uno.

--Bueno, pero el personaje de Luis Tosar en Fatum, por ejemplo, sufre una perdida y toma una difícil decisión.

--Ahí cada personaje depende de la educación que haya recibido, incluso en el país en el que se haya criado. Yo particularmente cada día más acepto la pérdida como un paso de esta vida, la pérdida de cualquier tipo. Otra cosa es que eso conllevará un luto, una situación, un aceptar, pero yo cada día lo siento más desde la humildad y no desde el enganche y la desesperación de no poder hacer nada. Se ha de aceptar que desde que venimos a este Planeta en algún momento lo dejaremos y estas pérdidas que nos vienen a lo largo de nuestra vida, pues siento que cuanto más lo hagamos desde un cariño, desde un corazón y no desde el apego, más sano será. Claro que esto se dice muy fácil sobre el papel, pero en el día a día de cada persona es ver cómo logra llevarlo adelante.

--Por último, en referencia al título, ¿cree que estamos muy atados a ese destino más lo que nos damos cuenta? ¿O cuán importante es el destino en esta película?

--Yo realmente siento que al final lo que llamamos destino es una consecuencia de las decisiones que vamos tomando cada uno de nosotros en nuestro día a día  y la que va tomando el entorno que nos rodea. Pero al final, todo lo que ocurre a lo largo de un día, si te paras a ver cómo has llegado tiene su raíz en nuestras elecciones.