No es fácil hacer una comedia romántica sin caer en los topicazos. El director de cine Emmanuel Mouret lleva ya varios filmes que demuestran que una película del amor no tiene por qué ser simplona.
En la última, Crónica de un amor efímero, todo parte del deseo de un hombre casado y de una mujer con un hijo de tener una aventura basada en el sexo. No lo consiguen. Parecen torpes en ello y sus charlas van más allá que cualquier conversación entre dos amantes.
Aventuras y amor
Sus encuentros tampoco son de lo más habituales. Ambos parecen torpes. Él mismo parece incluso tímido al principio y poco hábil en esto del affaire extramatrimonial. ¿O será algo más?
El realizador prefiere dejar preguntas en el aire más que contestarlas porque, también para él, el amor, así como el deseo, es un absoluto misterio. Tal vez por eso opta por los planos secuencia, para tratar de ver la historia de sus dos protagonistas desde la distancia.
Vincent Macaigne
Esa manera de rodar también ayuda al espectador a entrar en la historia. Como bien comenta Mouret en la entrevista, la idea de hacer planos largos, lejanos e incluso planos secuencia mantiene en tensión al espectador. Su actor principal, el tres veces nominado al César Vincent Macaigne, también considera que el filme es algo así como un thriller para desentrañar qué es el deseo, cómo surge y de qué manera llega el amor.
Ante tanta pregunta en el aire, Crónica Directo trata de descifrar todo con el intérprete y el cineasta aprovechando su paso por el festival de autor de Barcelona.
--Pregunta: ¿Dirían que la película es la cara B de las películas de amor?
--Respuesta. Emmanuel Mouret (EM): Es una imagen que me parece bastante bonita. Me gusta escuchar eso. Es una historia de amor que no comienza como una historia de amor y también es una historia de amor que no quiere ser una historia de amor.
--¿De dónde nace esa historia de amor que no quiere serlo?
--EM: En realidad, la idea es un esbozo de pintor de brocha gorda de un guión de Patrice Chéreau. Me gustaban los personajes, la disposición, la situación de estos dos personajes que se empeñan y se engañan en vivir una relación solo de placer, donde no hay proyección de futuro y sobre todo no hay sentimientos. Y luego observar, porque esta relación va bien a pesar de todo ello.
--¿Y cómo abordó usted ese personaje que aparenta ser tímido y precavido y luego se deja llevar?
--Vincent Macaigne (VM): Ya cuando leí la primera vez el guión me tocó mucho, porque creo que es extremadamente sensible e intenté acordarme de esta emoción cuando actuaba. Luego el trabajo con Emmanuel se hace todos los días en el set. Y al ver la película ves esa labor de montaje que imprime ritmo a la película. En realidad, el cine de Emmanuel es muy físico y en este filme hay muchos planos secuencia con mucho ritmo. Es también muy técnica, pero yo digo que es un thriller sentimental, porque siempre esperamos que se diga algo, y el montaje, la música, los planos y los movimientos de la cámara apoyan eso.
--¿Cómo ayudan esos planos a contar esa historia de amor?
--EM: La idea siempre es que son personajes que intercambian muchas cosas en sus charlas, a la vez buscan, también investigan y tantean el deseo y la necesidad del otro. Y en esos intercambios constantes, el plano secuencia viene a ser una manera de filmar un poco cubista. Y es divertido decirlo aquí, que está en el Museo Picasso, porque los tienes de cara, los tienes de lado, de espalda, cerca, lejos. Y cuando un personaje habla, hay un reflejo en los espectadores a buscar la reacción en el rostro del otro. Hay una especie de reflejo natural en buscar esa confirmación. Con el plano secuencia, en cambio, no se ve todo el rostro y es como un juego con los espectadores. El público que se convierte en una especie de investigador que busca las reacciones e indicios en el plano, que juega a mostrarlas y esconderlas. Asimismo, creo que el hecho de que haga planos secuencia pone en marcha una forma de cuerpo y de ritmo. Había la intención de hacer un filme muy cinético en cierto modo. Y estamos a la vez en una historia íntima y al mismo tiempo los personajes nunca están así, nunca paran. Es como si los movimientos de los personajes, la forma de coreografía en el cuadro, fueran los movimientos del alma. Son personajes que buscan, que se preguntan de forma permanente.
--En todo caso, usted en sus películas siempre está en búsqueda también del amor, no sé si es una manera de tratar de comprenderlo. ¿Por qué le interesan las historias de amor cuando parece que es una cosa muy comercial y por tanto denostada?
--EM: Sí, yo diría que más que hacer películas sobre el amor, que me parece una idea muy abstracta, mis películas van más sobre el deseo. Porque creo que sobre el amor todo el mundo tiene su idea particular, en cambio el deseo es una cosa mucho más concreta. Es a partir de ahí que construyo mis guiones cinematográficos. Entonces en estas películas sobre el deseo, o si quieres sobre el amor, lo que me interesa es que entran en juego una serie de convenciones, costumbres, de actos sociales de alguna manera, en que todo el rato estamos sondeando al otro, cómo vamos a comunicarle ese deseo, cómo vamos a averiguar si esa otra persona siente ese deseo, cómo al final esos dos cuerpos van a acabar encontrándose. Todo esto se hace a través de la palabra. Todas esas preguntas son las que me interesan, porque además reflejan un poco mucho cómo somos, cómo vivimos juntos, cómo es la sociedad en nuestros días, cómo son esos usos y costumbres, esas maneras de actos sociales.
--¿Ha cambiado mucho la manera de entender el amor?
--EM: Sí, en el sentido de que hay una especie de misterio que hace que todo el mundo nazca con una idea del amor, crezca con una idea del amor, con muchas historias alrededor del amor. Y hay algo que, cuando todo pasa bien, nos hace pensar que es tal vez el amor. Y hay una necesidad de vivir esta experiencia del amor que sigue siendo un misterio. El amor es algo un poco místico, bastante confuso, con muchas iglesias diferentes y hay muchas maneras de contar este misterio. Y para mí la cuestión del amor sigue siendo un enigma, es lo que intento hacer en el filme, es una película que se pregunta acerca del misterio del amor.
--VM: Es como en filmes como Cuando Harry encuentra a Sally, el público todo el rato se está preguntando en qué momento van a confesarse ese amor, si van a decírselo, hay una especie de suspense, de fantasía del público respecto a eso. Y es un poco así como funciona esta película.