La muerte de Fernando Sánchez Dragó este 10 de abril a los 86 años ha dejado en shock a buena parte de la población española. Amado y odiado a partes iguales fue un personaje de lo más controvertido. Su relación con la televisión, con las mujeres y sus posicionamientos políticos fueron de lo más debatidos, sobre todo en los últimos años. Ser azote del independentismo catalán le reconcilió con muchos y lo separó de otros y su reciente apoyo a la moción de censura de Vox fue de lo más cuestionada.
Sus duras críticas a los independentistas le hicieron enfrentarse en más de una ocasión a uno de los tótems del independentismo como Pilar Rahola. Uno de los últimos fue en 2014 cuando el escritor rehusó ir a firmar libros a Cataluña por Sant Jordi alegando que no quería sentirse “puta de escaparate enseñando las bragas a los peatones” o estar junto “a la Rahola o cualquier otro fantoche de los sumideros de la tele”.
Independentismo
Tampoco dudó en agitar el fuego independentismo durante la Diada. En pleno fervor nacionalista llegó a llamar a los manifestantes del 11S que para él no eran más que “un millón de borregos” que “pedía a balido pelado que Cataluña perdiese la triple eñe de su topónimo, de su madre patria y del gentilicio que durante muchas centurias nos unió a todos".
No es que a España en general le dedicara mejores palabras. En una entrevista llegó a afirmar que la expresión francófona que alega que África empieza en los Pirineos “tiene algo de verdad”. Afirmó que “somos un país tribal y lo que está sucediendo [en relación al independentismo] manifiesta ese tribalismo”.
Nacionalismo
Eso generó no pocos conflictos, pero es que si por algo se caracterizaba el literato era por decir lo que pensaba. Doliera a quién doliera. "El viejo demonio español son los separatismos”, insistía en televisión, claro que volvía a la carga contra todo el país al subrayar que “España se odia a sí misma”, algo que, a su parecer “no pasa en ningún país de la tierra, por eso constantemente nos matamos entre nosotros. No creo que ahora vayamos a llegar al extremo de matarnos, pero nos llevamos fatal”.
Pese a todo, se mostraba convencido de que un día de estos Cataluña llegaría a ser independiente. “Creo que antes o después lo conseguirán” llegó a aseverar en La Sexta y es que desde Zapatero y ya con la llegada de Pedro Sánchez al poder veía que “España se está fragmentando” y le veía a todo “muy mal arreglo”.
Moción
Su última solución a la que daba apoyo fue la moción de censura de Vox encabezada por Ramón Tamames, con quien se fotografió el día que se presentó como candidato de la ultraderecha. Anteriormente, ya defendió a Tabarnia y lanzó varios “visca” a su favor en sus columnas de El Mundo.
Sea como sea tenía claro que “el separatismo se reproduce por fisiparidad. Sus cromosomas se dividen una y otra vez”. Aunque ya en los últimos años no quería ni oír ni hablar de todo esto. Apostaba por una vida retirada de la polémica, aunque siempre lo acompañó.
Tele y mujeres
Como escritor premiado, su relación con la televisión no siempre fue bien entendida, pero, poco le importaba también. Un programa como La noche por montera le valió un premio Ondas, por mucho que sólo recuerde o tenga en mente el momento de Fernando Arrabal anunciando que “el milenarismo va a llegar”. También se hizo con el Premio Nacional de Fomento de la Lectura por su espacio como Negro sobre blanco, que duró siete años en antena. Pese a todo, llegó a decir que “odiaba” salir en televisión.
Por último, la manera de hablar de las mujeres, sobre todo las que pasaron por su vida, no es que fuera correcta. Llegó a afirmar que descubrió el sexo con su madre, que, con su última pareja, con la que se llevaba más de 50 años, llegaba a tener hasta 20 orgasmos “en una sesión de sexo” y que “consentía” sus infidelidades”. Ni una concesión a la discreción, a la corrección e incluso a los buenos modos, Sánchez Dragó fue siempre apreciado y criticado, por quién conocía alguna de sus múltiples claras. Y este lunes de pascua, día de su fallecimiento, las reacciones a su deceso también lo demuestran.