Este viernes se cumple una semana desde que el exjugador del Barça Dani Alves entró en la cárcel por una presunta agresión sexual a una joven en la discoteca Sutton de Barcelona el pasado 30 de diciembre. Siete días de lo más duros para su mujer, Joana Sanz, que ha tomado una drástica decisión: ha eliminado las fotos en las que aparece con su marido en Instagram.
En concreto, se tratan de todas las publicaciones del año 2022 en adelante. La última fotografía en la que el deportista aparece en el perfil de Joana Sanz es del 14 de diciembre de 2021 que, curiosamente, se trata de una colaboración con Women Secret. La otra publicación en la que aparece Alves es una con un perrito.
Borra todo rastro de él
En pleno siglo XXI, las redes sociales tienen más importancia de lo que tenían antaño. Por lo que una acción como esta podría significar una distancia, separación o incluso ruptura con su propio marido. ¿Querrá decir con esto que le ha retirado su apoyo público a su marido? ¿Ya no confía en su inocencia? ¿Habrán roto su relación?
Algo muy diferente a lo que aseguraba Sanz hace un par de semanas, cuando creía al 100% a Alves: "Sé lo respetuoso que es porque ni cuando me estaba conociendo a mí me faltó al respeto. He visto muchas veces como mujeres se acercan al reservado, atrevidas, a intentar algo con mi marido en mi cara. Si lo hacen en mi presencia no me quiero imaginar cuando yo no estoy".
¿Vis a vis?
Con todo, esto no quiere decir una separación definitiva. La joven modelo ya advirtió que estaba pasando por un momento difícil, debido a la polémica con su marido y al fallecimiento de su madre hace tan solo un par de semanas. "He querido hacer este vídeo para que me vean, porque sé que hay mucha gente que está muy preocupada. Ahora tengo un momento de calma, dentro de toda la tempestad que tengo encima".
Así las cosas, según han confirmado a Crónica Global fuentes del entorno penitenciario de Brians 2, Dani Alves tendrá que esperar a febrero para su primer vis a vis. De lo contrario, también podría recibir visitas en un locutorio a través de una mampara de cristal. ¿Será Joana Sanz la primera que acuda a prisión para hablar con su marido?