Arantxa Sánchez Vicario vuelve a estar en el punto de mira después de que hace unos días se hiciese pública la fecha en la que la extenista y su exmarido, Josep Santacana, se sentarán en el banquillo de los acusados por un delito de alzamiento de bienes por presuntamente ocultar patrimonio para evitar pagar una deuda de 7,5 millones de euros al Banco de Luxemburgo.
Será entre los próximos 12 y 15 de septiembre de 2023 cuando tenga lugar en Barcelona el juicio por el que la deporista se enfrenta a una pena de prisión de cuatro años y a una multa de 8.640 euros, además de 6,1 millones en responsabilidad civil.
Primeras palabras
Sin embargo, y aunque este varapalo se confirmó justo antes de Navidad, Arantxa no pierde la sonrisa y, dispuesta a que nada enturbie las fechas más entrañables del año, ha viajado desde Miami (donde reside) a Barcelona con sus dos hijos para disfrutar de su madre, Marisa Vicario, y del resto de su familia, con los que su relación vuelve a ser estrecha después de varios años de distanciamiento.
Ha sido precisamente durante un tranquilo paseo con su progenitora y con sus pequeños cuando la extenista ha roto su silencio sobre sus problemas legales. "He dicho que creo en la justicia, siempre he creído en la justicia. He venido a pasar unos días con mi familia y eso es todo", ha afirmado Arantxa. Una declaración de lo más contundente sobre la situación en la que se encuentra.