'El Yoyas', cazado en un bar de Tarragona

Carlos Navarro, más conocido como el Yoyas, sigue en búsqueda y captura, aun así, el cerco se estrecha cada vez más sobre él. Este 14 de diciembre fue cazado en un bar de Sant Vicenç de Calders (Tarragona).

Varias personas allí presentes aseguran que los hechos ocurrieron "a primera hora de la tarde" del miércoles. "Ha habido un altercado en un bar y varios testigos aseguran que lo ha protagonizado Carlos Navarro, que después ha salido corriendo hacia la estación", relatan en Sálvame.

Denuncia

Tras la tensa situación los hechos, que muchos matizan que fue "una pelea", algunos de los presentes se han puesto en contacto con los Mossos d'Esquadra, que ya investigan lo sucedido.

El famoso fugado estaba en la cafetería de la estación cuando algunos de los clientes lo reconocieron. Tras ser preguntado por si era el exconcursante de Gran Hermano, se puso nervioso y violento. Ante su actitud, el propietario del bar llamó a la policía.

Pistas

El también expolítico se dio a la fuga, fue a una de las vías de la estación y escapó, sin que nadie le pudiera dar caza. Las últimas pistas que se conocen es que en ese momento. "Llevaba un pantalón ancho, un jersey negro y el pelo muy desaliñado", detallan los testigos.

Los Mossos peinaron la zona minutos después, pero cada vez parecen estar más cerca de dar con el condenado a cinco años y ocho meses de cárcel por maltrato continuado a su exmujer Fayna Bethencourt y a sus hijos, cuatro delitos de lesiones, un delito leve de amenazas y un delito leve de vejaciones.

Fugado

"La policía ha encontrado su coche, el que habría usado hasta el día de hoy [por el 14 de diciembre], y a su perro", reporta la periodista Silvia Petit. "Saben dónde está el domicilio familiar, donde viven su padre y su hermana", señala, por lo que se cree que están "muy cerca" de dar con él.

Navarro lleva ya 17 días fugado de la justicia. El pasado 29 de noviembre tenía que ingresar en prisión pero no se presentó. Desde entonces, se dio una orden de busca y captura y todo está bajo secreto de sumario. Bethencourt, que confía en la justicia, reconoce estar preocupada por la situación.