Después de muchos meses de idas y venidas tras anunciar su separación, Gerard Piqué y Shakira por fin se han visto las caras. Lo hicieron ayer por la tarde en Tamborero Abogados (Barcelona), donde la expareja se reunió junto a sus respectivos abogados para hablar de las negociaciones de la custodia de sus hijos Milan y Sasha.
A pesar de que el abogado del futbolista, Ramón Tamborero, ha asegurado que "el encuentro ha ido muy bien", lo cierto es que la tensión se podía palpar en el ambiente. Ambos aparecieron por separado, pero mientras que la colombiana se dejó ver de lo más sonriente y tranquila, el catalán se mostró mucho más serio y tenso.
Dos actitudes muy distintas
Tal y como aseguran fuentes cercanas de la expareja a La Vanguardia, al parecer el blaugrana estaría "harto de las interminables dilaciones para llegar a un acuerdo en esta pedregosa negociación, un calvario de reuniones, cláusulas y contraofertas insoportables". No es de extrañar, entonces, que fuese el propio Piqué el que abandonase la reunión primero.
Lo hizo sobre las ocho menos diez de la tarde, apenas dos horas después de su citación, mientras que la cantante salía del bufete de abogados poco más tarde de las nueve. Una actitud que refleja el malestar del futbolista con todo este asunto, especialmente desde que anunció medidas legales contra aquellos que no respetasen su intimidad y la de su familia.
Habrá más reuniones
A pesar de que ninguno de los dos se quiere sentar en un banquillo para arreglar los papeles por la custodia de sus hijos, aún quedan posibilidades de que tengan que ir a juicio. Es por ello que el abogado del futbolista ha reconocido que todavía no han llegado a un acuerdo por la custodia de Milan y Sasha, por lo que habrá más encuentros con la cantante.
"Estamos trabajando en ello", ha confesado, aunque ha evitado confirmar si finalmente Milan y Sasha se quedarán a vivir en Barcelona. Es por eso que su planteamiento de futuro es claro: "Nunca hay un último encuentro".