La propietaria de un bar que apareció en el programa Pesadilla en la cocina de Alberto Chicote hace cinco años ha descubierto toda la verdad sobre lo que se esconde destrás del espacio de LaSexta.
Sole Álvarez, dueña del Café Zamora (ahora El Zamora), fue la protagonista de un episodio en el que el cocinero quería mostrar la situación del local tras 25 despidos en solo tres meses. Según la dueña, los empleados no cumplían sus órdenes, mientras que los trabajadores se quejaban del trato de su jefa y su falta de confianza.
El programa
"¿Te das cuenta de lo que generas a tu alrededor, que tienes la cocina aquí al lado y todas las broncas molestan a la gente que está aquí? ¿No te das cuenta de que generas un ambiente que los clientes no soportan?", arremetió Chicote durante el programa contra la mujer.
Ambos protagonizaron una fuerte discusión que no acabó bien y el chef abandonó el restaurante sin terminar de grabar el programa. "Tienes una forma de hacer las cosas que te van a llevar al mismo agujero donde estabas cuando me llamaste", adviritó el presentador. Ahora la mujer ha roto su silencio sobre cómo fue su experiencia en el programa en el canal de Youtube Cenando con Pablo.
Una provocación
"De momento no hemos cerrado, como nos vaticinó Chicote. Seguimos luchando y gracias a Dios vamos bien", ha asegurado la propietaria. Álvarez ha confesado que todo lo que ocurre "es un guion y una provocación". "Lo que no se puede hacer, por tener audiencia, es cargarse a una persona, que en este caso fui yo", ha arremetido la mujer contra el cocinero.
"Yo no les llamé, ellos me llamaron en 2014 y después de pensármelo mucho les dije que no. Mi sorpresa fue cuando en marzo de 2015 me llamaron otra vez y no entendía por qué me volvían a llamar. Lo consulté con mi familia y me dijeron que si era verdad que montaban cocinas, porque yo tenía pensado cambiarla, que aprovechara. Y acepté", ha desvelado.
Dura experiencia
Sole ha criticado que se mostró una imagen de ella "de maltratadora, de psicópata, de loca, que estaba para tirarme" y ha manifestado sentirse "defraudada". "Los comensales que vinieron, vienen elegidos por ellos, y esos comensales saben perfectamente lo que tienen que decir y hacer. Dio la casualidad de que en una de las mesas estaban mis cuñados, y me dijeron lo que había pasado, les obligaron a reclamar aunque no querían", ha revelado.
Y es que su experiencia en el programa tuvo graves consecuencias en su vida: "Yo quedé muy tocada, necesité ayuda psicológica. Yo iba por la calle y parecía que veía fantasmas por todos los lados, por críticas y por todo lo demás". "Si la gente piensa que el programa te soluciona la vida, mentira, te la puede complicar", ha zanjado.