Alessio Arena: "El trabajo del cantautor es más fácil en el mundo globalizado de ahora"
El cantautor napolitano ha sacado un nuevo álbum de estudio, 'Marco Polo', a la vez que disfruta del éxito de su última novela, 'Ninna Nanna delle mosche'
17 abril, 2022 00:00Alessio Arena es un cantautor y novelista napolitano. La escritura le viene de pequeño, por lo que no le resulta nada complicado unir sus dos pasiones: la música y la literatura. Sin embargo, ahora mismo está centrado en su faceta musical con el lanzamiento de su último álbum de estudio, Marco Polo.
Salió a la luz el pasado ocho de abril, pero el día 10 ya lo estaba presentando en directo en el festival BarnaSants para todo su público en catalán. Tras alguna parada más en Cataluña, Arena volverá a su país natal, Italia, para compartir con sus seguidores la sensibilidad y el arte del que está dotado el disco.
Une sus dos pasiones
Él mismo se define como "pretencioso", por lo que no es de extrañar que ya esté pensando en su próximo trabajo: un libro de poemas en español, el primero que publicará directamente en nuestro idioma. Todo ello después del éxito de su última novela, Ninna Nanna delle mosche, sobre la que ya se está grabando un cortometraje.
Con mucha delicadeza, emoción y, sobre todo, pasión por lo que hace, Alessio Arena reflexiona sobre el significado de su disco, los viajes reales e imaginarios y la importancia de visibilizar todo tipo de lenguas en una charla con Crónica Directo.
--Pregunta: ¿Cómo ha el lanzamiento de su último disco?
--Respuesta: La verdad es que ha sido muy emocionante. Hacer un disco es complicado, porque se tarda mucho. En mi caso, la grabación del disco en sí misma ha sido una aventura. Es por eso que las canciones hablan de eso, de viajes pero no reales, sino imaginarios.
--¿Por qué le ha costado tanto?
--Fue toda una odisea porque lo empezamos a grabar hace unos años y ahora hemos vuelto para editarlo y hacerlo crecer. Yo mismo necesito llegar al momento exacto en el que sienta realmente que quiero contar esta historia y no otra. Para mí, la música es un ingrediente de un oficio más complejo, ya que me dedico también a la literatura. Voy compaginando las dos cosas y minimizando las fronteras que tienen las dos expresiones.
--¿Qué quería expresar en este nuevo álbum?
--Yo le he escrito a Marco Polo, el viajero italiano del siglo XIII que llegó a otro mundo completamente desconocido en un viaje que nunca nadie se había atrevido a hacer antes. El libro donde cuenta sus aventuras está lleno de cosas inventadas, poco realistas, un viaje de maravillas. A partir de esta idea general, yo hablo de los territorios menos explorados de nuestras vidas, como la infancia, las nuevas relaciones, los nuevos modelos de familia, la inmigración…
--Dijo que siente el disco como una especie de declaración de amor a la imaginación, ¿por qué?
--Yo no hablo tanto de los viajes reales, sino de los viajes imaginados e imaginarios. Es por eso que en la portada del disco yo estoy recostado de espaldas en una cama, porque es allí donde nos imaginamos a nosotros mismos viajando. Si no nos imaginásemos las cosas que queremos lograr en la vida, igual no las lograríamos, y por eso necesitamos soñarlas e imaginarlas antes.
--Pero en la canción de Moby Dick hace todo lo contrario, se aleja de esos ideales.
--La generación que nos hemos criado a caballo entre los 90 y los 2000 hemos crecido con las frases de superación que después hemos visto pintadas en las tazas de Mr Wonderful como: "Lucha por tus sueños", "Persigue tu ideal" o "Puedes lograrlo". También han aparecido los primeros talent show que muestran historias de superación y te dicen: "Si yo puedo hacerlo, tú también puedes". Yo siempre he odiado eso porque no es verdad: quizás alguien puede lograrlo, pero no todo el mundo.
--Usted descubrió quién era su padre, Gianni Lamagna, hace poco más de 10 años. ¿La última canción del disco, Mio padre, la luna, es un homenaje a él?
--En los viajes, tanto imaginarios como reales, siempre necesitamos unas estrellas que nos guíen. En mi caso no fue una estrella que me guió, sino que fue un satélite, la luna. Yo hago ese símil con mi padre porque me lo tuve que imaginar durante muchos años y construir una imagen de él que todavía no existía y que llegaría más tarde.
--El pasado domingo presentó su nuevo disco en el festival BarnaSants, ¿cómo fue?
--Muy bonito, la acogida del público fue muy emocionante. Estuve con mi trío, las guitarristas Isabelle Laudenbach y Caterinangela Fadda, y quedó precioso. A la vez, yo estaba muy nervioso porque, al final, en los conciertos tienes que demostrar que tu obra está bien trabajada para que a la gente le guste y le llegue.
--¿Tiene algún proyecto nuevo a la vista?
--Estoy preparando otro disco y también tengo una novela ya escrita en la que he intentado recuperar algunos poemas antiguos. Será mi primer libro en español que salga en España directamente y estoy muy emocionado.
--¿En qué punto se unen sus dos pasiones: la literatura y la música?
--Nacen del mismo problema: mi falta de comunicación [risas]. Los artistas en general tenemos un gran problema de comunicación y, como nunca he podido expresarme como lo hace todo el mundo, tanto la escritura como la música me han ayudado a vehicular las ideas que yo no podía expresar. Nunca estudié música de una manera académica u ortodoxa; de hecho, fui criado por mi abuela, que es analfabeta, por lo que he crecido en un mundo de oralidad.
--Entonces, la escritura, en canción o en ficción, ha sido siempre su forma de expresión para entender el mundo y entenderse a sí mismo, ¿verdad?
--De pequeño sí que era una cosa que me gustaba y que necesitaba sacar, pero después, con los años, se ha convertido en mi profesión. La literatura siempre me ha ayudado a aceptar que este mundo a veces no es tan feo.
--¿Cómo consigue simplificar una historia en una canción de tres minutos habiendo escrito libros tan largos?
--Tienen urgencias distintas. La diferencia entre la poesía --una canción-- y la prosa --una novela-- es que esta es un viaje a partir de la palabra y entonces se cuenta una historia, mientras que la primera es un viaje hacia la palabra. Una novela tiene un recorrido más largo y una canción es un mensaje explicado en pocas palabras.
--¿Qué importancia le da usted a ser cantautor y escribir sus propias canciones?
--A veces se considera que el cantautor es un movimiento musical de artistas que ni saben tocar ni saben escribir del todo. Pero para mí eso no es cierto porque Lady Gaga, Beyoncé o incluso Rosalía son cantautoras. Creo que la música del cantautor tiene otras pretensiones, que mezcla muchas cosas, que bebe de la literatura, pero que también tiene un cuidado muy importante en la parte musical.
--Últimamente se le está dando más valor a esta figura en la que el propio artista lo hace todo.
--Sí. Se ha convertido en una tendencia en los últimos años porque también las fronteras entre las expresiones artísticas son mucho más líquidas ahora gracias a internet y otras herramientas a las que era muy difícil acceder antes. Ahora, este trabajo autónomo se ve mucho más facilitado en nuestro mundo globalizado.
--Su lengua materna es el napolitano. ¿Se siente cómodo cantando en otras lenguas?
--Las lenguas para mí son música con perspectivas distintas. Como a mí me gusta la música en general y no me considero ni de allá ni de acá, sino de aquí y de allí también y de todos los lugares en los que me encuentre bien y haya alguien que me quiera, yo siempre estoy abierto a cualquier lengua: que sean bienvenidas, que se mezclen, que se usen, que se hablen.
--¿Cree que la música es una manera de mostrar la diversidad de las lenguas?
--Absolutamente. Al final se trata solamente de música pura y dura en cada lengua. En mi caso, no hay ningún afán de reivindicación política o social en el hecho de usar una lengua u otra. A mí me sale cantar en un idioma u otro dependiendo de la historia que quiera contar.
--¿Qué le pareció que decidieran hacer un cortometraje de su último libro, Ninna Nanna delle mosche?
--Me hizo mucha ilusión. Es un premio que le han dado a la novela y cualquier ocasión para que los libros lleguen a más gente a mi me hace feliz. Es una historia que tiene ciertas complicaciones en Italia porque cuenta una historia de amor homosexual entre dos campesinos de los años 20 en el sur de Italia. Según en qué lugares del país todavía es complicado hablar de ciertas cosas, como la homosexualidad y la homofobia.
--¿Entonces hizo el libro con la intención de reivindicar el colectivo?
--La reivindicación está en que, no solo cuento una historia entre dos hombres homosexuales, sino que también son pobres, por lo que lo tienen todo en contra. Entonces, sí, es una reivindicación al colectivo pero también de clase.