Las Ketchup tienen ganas de marcha y de escenario. Nunca las han dejado de tener. Pese a que tuvieron un parón tras la maternidad de todas, más problemas ajenos a ellas, no han dejado de actuar.
Las hijas del Tomate arrancan la temporada de verano este 26 de marzo en el festival Horteralia, en el que están encantadísimas de participar. No han perdido su sentido del humor y tienen ganas de hacer bailar al personal, tanto es así que ya preparan nueva música. Así lo explican a Crónica Directo Pilar y Lucía Muñoz.
--Pregunta: ¿Qué esperan de este evento?
Pilar: Ya estuvimos en 2019 y esperamos divertirnos mucho, como en aquel.
--¿Da vértigo que sea en el WiZink Center?
Lucía: Es un puntazo el lugar.
--¿Os hace gracia que haya un movimiento hortera y os sitúen allí?
L: A mí me parece muy gracioso.
P: A mí el movimiento hortera me divierte y todas somos horteras. Todas llevamos un hortera dentro y el que no lo acepte, peor para él.
L: Además, hay horteras y horteras con punto. Y aquí somos todos horteras con punto.
--¿Va a ser el repertorio de siempre o habrá novedades?
P: Ellos son los que proponen el tema y el tiempo que vas a estar e imaginas que ya sabes cuál es el que nos piden siempre.
--El 'Aserejé'.
P: Ese está allí siempre perenne.
--¿Se les hizo muy pesado tener que cantar siempre el 'Aserejé'?
P: No, porque tú lo que quieres es agradar a los demás y que la gente se lo pase bien y tenemos en cuenta que el público y nosotros somos uno.
L: Y que después de tantos años, siga agradando…
P: ¡Es una alegría!
--¿Cómo vivieron ese boom?
P: Con asombro, porque sucedió de la noche a la mañana.
L: Fue muy intenso, mucho cansancio, momentos divertidos. Momentos de levantarte de la cama y no saber donde estás… Fue muy divertido y asombroso.
--¿Cuál es el lugar que más las impresionó?
P: Todos tienen algo, pero yo disfruté mucho de los paisajes y de los parajes, los lagos de los países nórdicos. También tuvimos una gira que duró cinco meses con los mismos compañeros músicos y de producción. Para mí fue de las más bendecidas.
L: Hemos estado en tantos lugares que quedarme con uno… Pero si me tengo que quedar con uno que nunca pensé que visitaríamos es Japón. Además, a las siete de la mañana, despierta en Japón y ¡ay madre mía! A las 4 de la mañana desayunando, a las 5 en maquillaje y peluquería…
--Y hay una pregunta obligada sobre 'Aserejé'. Se dijo en su día que era una invocación del diablo, pero en los últimos años se viralizó una teoría sobre Diego y su consumo de drogas. ¿Diego era drogadicto?
P: ¡Vete tú a saber! (ríe a carcajadas)
L: La canción no la hicimos nosotras, así que se le debería preguntar al autor (sonríe).
P: ¡A ver, algo tomaría la criatura!
L: Se han dicho tantas cosas que no hay que darle más vueltas. Es cómo cantaría un andaluz una canción en inglés.
--Pese a ser las hijas de El Tomate, cada una tenía sus trabajos y no todos vinculados a la música, ¿cómo fue la decisión de dar el salto?
P: Fue una cosa del destino, porque todo ocurrió sin premeditación, sin haberlo planeado ni tener ese objetivo. Yo siempre recuerdo ir cantando mientras ayudaba a mi madre en las tareas de la casa, pero hice arte dramático y lo que menos iba a pensar es que entraría en el mundo de la música. Que me alegro, porque me ha acompañado toda la vida, pero la vida es la que te vive a ti y te coloca en un lugar que nunca habías imaginado.
L: En mi caso fue diferente porque yo estaba grabando una maqueta con mi hermano, que es un maravilloso guitarrista, y sí buscaba cantar. Es verdad que era algo diferente, porque yo quería cantar flamenco. Las Ketchup salió de una broma y surgió.
--¿La voluntad siempre fue hacer canciones con un punto de humor?
P: La voluntad era poder dar una pincelada sobre un tema y darle un toque de humor para poder llegar a todos con alegría, con gracia y con arte. En todas las canciones se comunica algo. El Aserejé no es nuestra, pero en el resto son historias que comunican algo, compartirlo y hacerlo de forma muy visual y divertida. A mí me gusta lo divertido.
--¿El paso por Eurovisión las marcó?
P: Fue una experiencia más. A mí no me marcó. Aprendimos mucho, pero no fue un antes y un después.
--¿Les hacía ilusión?
P: Bueno, aceptas y dices, pues bien, y recuerdas que de pequeña lo veías y que saliera, pues fenomenal.
--Y tras el segundo disco, a Las Ketchup se les perdió la pista y la gente se pregunta: ¿qué fue de Las Ketchup: volvieron a sus trabajos, siguen cantando?
L: Tuvimos un parón porque todas fuimos madres, y es verdad que trabajábamos menos porque teníamos que cuidar de nuestros hijos y hacíamos menos. Luego poco a poco volvimos a trabajar, a hacer unos cuantos bolos al año y regresamos ya a hacer giras y hacer lo que nos gusta.
--¿La maternidad afecta en el mundo de la música?
P: Yo me he llevado a mi hija con dos años a los bolos, porque la amamantaba y me la he llevado y he trabajado y nadie me ha dicho que la niña, no. Parón hubo, es así, pero te digo que nunca volvió a ser así, ni cuerpo que lo resista. Te lo digo, porque nosotras cogíamos los aviones como quien cogía taxis a diario. Hemos estado años enteros de gira en Italia, otros en Francia, otros en Rusia… El mundo es grande. Sí que hay gente que en España nos dice ¿lo habéis dejado? Eso nunca.
--¿Y ahora va a venir disco o canción nueva?
P: Nuestra intención es grabar canciones porque podemos. Hubo parón porque había problemas ajenos a nosotras y porque nos hemos quedado con ganas de trabajar con ciertas personas y productores. Sobre todo, proyectos que teníamos y que se quedaron en stand by van a volver a florecer como la primavera.
--¿Cuáles fueron esos problemas ajenos?
P: Como es del pasado, eso vamos a obviarlo (sonríe).
--Tras el parón de grabar. ¿Cómo ven los cambios en la industria: el auge de las redes sociales, el hecho de sacar 'singles' y no discos…?
L: Yo no tengo muy claro si ha mejorado o empeorado, la verdad. Al no grabar canciones nuevas estos años no hemos tenido tiempo de vivirlo de otra manera. Sí que no tiene nada que ver, antes se grababan discos, ahora singles, todo va por plataformas digitales… Nosotros al no vivir esa experiencia no sabemos, pero la gente sigue haciendo conciertos y viviendo de la música.
P: A mí me ha sorprendido mucha gente como Rigoberta Bandini que tuvo su boom en redes sociales y otra gente que ha aparecido por ellas, que hacen un musicón que está bastante bien. Y cuando no se puede hacer música de una manera, la gente sigue haciendo música. El lenguaje musical es universal. Y Rigoberta me encanta, ¡qué temazos hace! El arte y la creatividad brota hasta en las piedras y ¡ole las redes sociales de donde salen cosas maravillosas!
--Continuemos hacia el futuro. ¿Los nuevos temas seguirán teniendo ese punto de humor? ¿Se atreven con el reguetón?
P: Humor, seguro. Es nuestro ingrediente fundamental. El ser humano tiene esa capacidad para poderse levantar. El humor es como el cafelito tiene que estar presente en todo. Y sobre el reguetón, ¡yo me atrevo con lo que sea!
L: Yo también, pero yo, cante lo que cante me sale aflamencado. Nuestras raíces son flamencas y ya me puedo atrever con una ópera que me sale aflamencado (ríe).
--Hablando de fenómenos y flamenco, Rosalía conjugó todos ellos. ¿El flamenco vive una buena época?
P: El flamenco tiene unas raíces de cientos de años, de cuando el mundo árabe estuvo en Andalucía. A mí lo que más me gusta es mezclar. Mientras más mezclas y dejas el purismo de las cosas para hacer un coctel con diversidad, más gusta.