Rocío Carrasco ha abierto un nuevo frente con sus especiales de Montealto. Más allá de su familia sanguínea, este viernes también atacó a Raquel Mosquera.

La protagonista de la primera docuserie de Telecinco la acusa de quedarse con todos los trofeos y objetos de su padre, Pedro Carrasco. “Hay muchas cosas que me gustaría tener, en su momento me hubiese gustado tener fotos con mi padre”, apunta.

Reproches

Rociito considera que “las cosas no se han hecho como se tenían que hacer y mucho menos se han contado como han sido”, de allí que haya accedido ha contar más en la segunda parte del documental. Pero no es la única, la viuda del boxeador también quiere decir la suya.

Raquel Mosquera no se ha esperado a tener un momento en televisión y ha respondido a través de las redes sociales. Con una foto de ella y su marido se ha defendido de todas estas acusaciones y ha puesto los puntos sobre las íes.

Ningún robo

“Cuando yo tengo, todos los trofeos de mi marido, Pedro Carrasco, que no tienen valor económico y sí sentimental será por algo, os lo aseguro”, sentencia. Asimismo, ofrece detalles que parece devolverle la acusación a Carrasco: “Será porque yo renuncie a lo que tenía más valor económico y me correspondía”.

Mensaje de Raquel Mosquera INSTAGRAM

La peluquera detalla que tiene todos esos trofeos en su casa, donde le ha construido un pequeño museo privado y propio, con las posibilidades que tiene. Y visiblemente indignada con las acusaciones vertidas sobre ella por parte de Rocío Carrasco le espeta un ataque en toda regla.

Duras acusaciones

Al hablar del que fuera su marido señala: “Él quiso mucho a alguna persona que, con los años, cuando creció, supuestamente no hizo lo mismo. Especialmente cuando a esa persona dedicó mucho tiempo, atención educación y cariño. Pero él la echó en falta en muchas ocasiones”.

“Hay que hablar con el corazón y no con ironías. Para hablar hay que hacerlo con propiedad y con seguridad cuando vas a decir algo, especialmente en televisión y no decir algo sabiendo que se hace daño y luego dudar si se dice o no así, haciéndonos los tontos”, apunta.