Las lágrimas han sido los protagonistas del reencuentro seis meses después entre Rosario y Álvaro. Ella ha sido la primera en soltarlas al confesar que siempre le quiso y que es “el amor de mi vida”. “Me encantaría decir que lo odio pero no puedo más”, apunta.
Escuchar esas palabras y verla entre lágrimas ha provocado que el de Elche bajara donde estaba ella sin sentarse a su lado: “No puedo verla llorar”. La joven se ha pensado que iba en modo de guerra, luego se ha sorprendido al comprobar que su amor todavía dura.
Encuentro en Madrid
Álvaro ha llegado a confesar que ella sigue sintiendo las mismas cosas que el día que la conoció, pero su disparidad de opiniones y de forma de entender las relaciones lo hace imposible. Ninguno cree que pueda demostrar más su amor al otro, y las infidelidades en La isla de las tentaciones pesan, les han vuelto a enfrentar.
Tras el reality ambos se volvieron a ver, incluso tuvieron sexo entre ellos. Ambos lo consideran uno de sus mejores días y él se ilusionó tanto que le dijo que la veía como la madre de sus hijos. Y “desde entonces todo me empezó a ir mal”, asevera él.
Disputas
La presencia de Sabela ha vuelto a crear tensión entre ambos. La tentadora dice sentirse engañada porque de verdad quería estar con él, pero acepta lo sucedido. Esto ha hecho que Álvaro se sentara al lado de ella.
Tras confesar que se ha equivocado “en muchas cosas”, Rosario se ha levantado a darle un abrazo y luego se ha sentado a su lado. Solo pensaba “en lo bonito que sería que esta persona y yo no nos hubiéramos fallado”, porque dice “querer como el que más”.
Amor imposible
Ella no pudo más. “Hace un momento te quería matar y ahora quiero darte un abrazo”, le confesaba. Pese a todo, ninguno de ellos confía en que se puedan dar otra oportunidad. “Los dos sabemos que nos queremos muchísimo pero no nos podemos permitir hacernos más daño”, señala ella. Por su parte, él admite que “no he hecho nada bien”.
Las lágrimas por el amor que se sienten corrían por las mejillas del chico que han desmontado a Rosario. “Es verdad que te he machacado mucho yo lo sé. No eres mala persona y conmigo te has portado muy bien”, le confiesa. Pese a todo, ambos se han ido cada uno por su lado.