Jorge Javier Vázquez no pasa por un buen momento, y eso que en breve su obra de teatro, Desmontando a Séneca, aterriza en Madrid. Pero ya se sabe, llega fin de año y una hace balance de ciertas cosas que le han sucedido.
Todo sucedió con una cita que tuvo para ir al teatro. Tras eso fue a cenar algo y acabó hablando de sus manías. Que las tiene y parece que no son pocas.
Confesiones
“La única que creo que tengo es que no me gusta que me hablen recién despertado hasta que no hayan pasado un par o tres de cafés”, confiesa el catalán a su cita y a los lectores de su blog. Pero puede que haya más ya que uno de los directores de Sálvame, Alberto, “se descojonó” en su cara cuando dijo que era persona con la que era fácil convivir.
Eso lo dejó algo tocado. Yo me veo un santo varón, pero los demás quizás no tengan esa percepción. Lo único que tengo claro es que conforme pasan los años tengo menos claro cómo soy”, revela.
Amenazas y escrache
El de Badalona está algo confuso con aquello que lo define. “Cuando se escriben tantas cosas sobre uno --recordad que soy una estrella--, al final no sabes si eres como eres o como dicen que eres”, asevera.
¿Tiene una percepción de la realidad algo confusa el presentador o sólo dramatiza? ¿Es normal lo que le sucede? ¿Tiene que ver con ser un personaje público? Sea cual sea la respuesta, este fin de año, es de lo más movidito para el presentador. El jueves pasado expulsaba a Lucía Pariente de un plató y amenazaba a Alba Carrillo y este sábado tuvo que esconderse en el colegio de médicos de Madrid tras ser acosado y escrachado por un par de negacionistas del Covid.