Jorge Javier Vázquez no para quieto y aun así dice estar “mortalmente aburrido”. Lo atribuye a la pandemia que le “provoca cierta angustia. Y un poco de tristeza también”.
Trata de lidiar con todas estas sensaciones con “un poco de paciencia. Y aceptar que a veces uno está triste. Y convivir con ese sentimiento”. Claro que entre tanta pena, el presentador trata de no irse sólo a la cama.
Acompañante
“Aprovecho cualquier rato libre para leer y he vuelto a recuperar esa agradable sensación de meterme por la noche en la cama con un libro”, apunta. Y eso que era una “afición que había dejado de lado”. Atrás parecen quedar esas noches de fiesta loca que protagonizaba.
El de Badalona confiesa que puede decir eso “porque es invierno” y sus horarios laborales le llevan a todo esto. “Si me toca presentar un programa que me obligue a acostarme tarde, cuenta que al día siguiente puedo estar cerrando el ojo sobre las ocho de la tarde. Cuando hago los Sálvame diarios, pues estiro un poco más el día y me meto en la cama sobre las nueve y media de la noche. Pocas veces me dan las diez”, asegura.
Madrugones
Estos horarios intempestivos le quitan tiempo a la lectura, pero también hace que se despierte antes. Y si se va a la cama con los libros, se despierta con el móvil. “Me intercambio con Belén Rodríguez el emoticono de la personita con la mano levantada, nos llamamos para cerciorarnos de que estamos vivos”, afirma.
La apatía de JJ es más que evidente. Incluso asegura que ha cancelado un viaje que tenía previsto hacer a Brasil. Tenía el billete y el hotel reservado, pero la apatía se ha apoderado de él. Mientras, a nivel profesional, no para.