Ana Guerra está en el punto de mira de sus vecinos. Si los residentes de la finca de Terelu están hartos de los paparazzi y renunciaron a la mudanza de María Teresa Campos, los de la canaria no pueden más con sus ensayos.
Ya le pusieron un cartel en el ascensor hace unos meses. Protestaban porque se ponía a ensayar a altas horas de la noche e interrumpían su descanso. Ella, se disculpó con una nota en el ascensor: “Tenéis toda la razón del mundo y os pido disculpas”, admitía.
Petición desesperada
La cantante aseguraba entonces que es “buena vecina” y todo era culpa de un “despiste”. Pero ha reincidido. Al menos, así lo asegura un vecino que ha dado el paso de denunciar la situación frente a las cámaras de televisión.
Asegura que está harta de la artista por lo que sólo le desea lo mejor. “Quiero que todos los españoles compren el nuevo disco de Ana Guerra por dos razones: lo primero, porque es un discazo y tiene canciones buenísimas; y lo segundo y más importante, quiero que Ana Guerra gane mucho dinero, llegue al número uno y pueda marcharse de aquí, comprarse un chalet donde pueda cantar a todas horas. Por favor”, apunta Yalal.
Propuesta de negociación
El hombre señala que escucha “las canciones todos los días” y no puede más. Si bien afirma que Guerra “tiene un disco maravilloso”, él también trabaja y duerme en su casa. Siempre que le dejan, claro.
El vecino, gestor de incidencias y reclamaciones en una aseguradora, apuesta por la negociación. Ha enviado una carta a Guerra e incluso ha hablado con su padre para ver si podía mejorar la situación. Ante el escaso éxito, ha optado por denunciar la situación a los medios. Ella no ha respondido esta vez.