Tom Brusse ha vuelto apenado a España. Tras convertirse en el duodécimo expulsado de Supervivientes y quedarse a las puertas de la final, que se celebra este viernes a las 22 en Telecinco, el francés ha recuperado su teléfono y ha retomado su actividad en las redes sociales.
“Ya estoy de vuelta en Instagram después de cuatro meses. Os quiero muchísimo, gracias por todo de corazón, sin vosotros no hubiera llegado tan lejos”. Esas han sido las primeras palabras que el supervivientes ha dedicado a sus seguidores. Todavía adaptándose a la civilización, el primer lugar al que se ha dirigido Brusse ha sido a la peluquería.
Tijeretazo limpio
Con un aspecto más propio de un náufrago, Tom ha acudido a su salón de confianza en Madrid para reducir considerablemente su barba y domar esa larga y rubia cabellera. La diferencia entre el antes y el después ha sido un shock para el ex concursante del reality más extremo de Mediaset. “Mira que corte más precioso”, ha exclamado al verse en el espejo.
La siguiente parada en la nueva rutina del empresario ha sido el restaurante Numa Pompilio. La comida es algo que escaseaba en la isla hondureña; por eso, Tom no se pierde oportunidad para degustar un rico menú. 11 son los kilos que ha perdido en su estancia en Supervivientes, algo sobre lo que ha bromeado al verse por primera vez en el espejo: “Parece que tengo 60 años en un cuerpo de 10”.
Reencuentro con Sandra
Esta noche, el francés acudirá al plató de Telecinco para conocer al ganador de esta edición de Supervivientes con su nuevo look. Tom Brusse se reencontró con su padre en su vuelta a España, pero todavía no tiene noticias de su ex, Sandra Pica. Lo cierto es que la joven lleva toda la semana ingresada en el hospital “por un dolor abdominal” y acaba de salir esta mañana. Un reencuentro que se hará de esperar.