Olga Moreno lo ha vuelto a hacer. A las puertas de la final, se ha desahogado con su compañero Alejandro Albalá en Supervivientes sobre su familia. "Tengo una familia que es maravillosa, es divina", empezaba la concursante.

La mujer de Antonio David Flores ha asegurado que su familia no sabía que era tan fuerte mentalmente. De hecho, ella misma se ha sorprendido: "En España me lo he guardado tanto para que no me viera mi gente. Pero aquí me da igual: si tengo que llorar, lloro".

Desahogarse fuera

"En mi casa no podía llorar porque estaban mis hijos y mi marido". Moreno confiesa entre lágrimas que no podía llorar ni en su casa ni en la calle: "Tuve que ir al cementerio a ver a mi suegro para desahogarme". 

La concursante también ha tenido palabras para su marido: "No lo cambio por nada del mundo, este sí que tiene dos cojones bien puertos". Olga se pone en su situación y confiesa que si hubiese sido él, se hubiera "muerto en vida". 

Conflicto con Rocío Carrasco

También ha tenido palabras para sus hijos: "Hemos criado a los niños sin nada de maldad y sin ningún rencor". Respecto al tema de Rocío Carrasco, Moreno no cree que hayan hablado pero, aún así, tiene esperanza: "Sé que algún día esto se aclarará y esos niños podrán hablar con su madre".