Xavier Mir: "Estamos preocupados por los accidentes de bicis y patinetes"
Además de estar considerado uno de los mejores traumatólogos de España, el doctor forma parte del equipo médico de Moto GP
11 julio, 2021 00:00Es uno de los hombres del momento. El traumatólogo Xavier Mir, del Hospital Universitario Dexeus, vive estos últimos meses en el foco mediático. Sobre todo, desde que Marc Márquez alabó y reconoció el trabajo e implicación del doctor en sus lesiones.
Por sus manos han pasado una larga retahíla de motoristas de Moto GP como Àlex Crivillé, Dani Pedrosa, Joan Lascorz y Jorge Lorenzo, así como futbolistas, golfistas, jugadores de baloncesto y ciclistas como Rigoberto Urán (por el momento, tercero en la general del Tour de Francia). Según la revista Forbes, el catalán está considerado como uno de los mejores especialistas de España. Con más de 30 años de trayectoria a sus espaldas, el doctor Mir explica a Crónica Directo cómo fueron sus inicios, cómo llegó al mundo del deporte de élite y cómo ha vivido la pandemia.
--Pregunta: ¿Cómo fueron sus inicios en la profesión?
--Respuesta: Cuando terminé de estudiar Medicina, cursé el MIR. Empecé en Vall d'Hebron, y durante cinco años fui médico residente. Cuando tuve que formar parte de la plantilla, no había sitio y me fui un año y medio al Hospital de Igualada. Cuando tuve una plaza en Vall d'Hebron, volví de adjunto. En 1992, el doctor Vilarrubias necesitaba incorporar un cirujano de manos porque el suyo ya se había jubilado y yo estaba especializado en extremidad superior. Pude compaginarlo y, además, gané un puesto como profesor asociado de Cirugía Ortopédica y Traumatología en la Universidad Autónoma. Desde 1998, soy el profesor titular de Ortopedia y Traumatología de la Universidad Autónoma de Barcelona.
--¿Por qué la especialidad en la extremidad superior?
--Los primeros años hice de todo, pero la traumatología es tan compleja que es imposible asumirlo todo. No puedes hacer bien rodilla, hombro, espalda y pie, debes centrarte en algo específico.
--¿Recuerda algún hecho que le marcara?
--Sí. Estaba en primero de Medicina, mi padre se mató en un accidente de coche en Cubelles (Barcelona). Eso lo cambió todo. Siempre explico que es lo peor que me ha pasado en mi vida, pero me cambió. Tenía 19 años y era un estudiante normal, a partir de aquí empecé a sacar a matrículas.
--¿Cuál cree que es el caso más raro, extraño o complejo que ha visto en su carrera?
--Raro raro no lo sé. Sí que es impactante reimplantar el brazo de una persona que lo había perdido, operar a varios deportistas profesionales como corredores de moto o ciclistas, y que a las 72 horas vuelvan a la competición. Cabe destacar que cuando nos referimos a la extremidad superior, asumimos que se trata desde la clavícula hasta la mano.
--¿Cómo llega a los deportistas de élite?
--Empezamos un poco con el doctor Vilarrubias, por aquel entonces él era el referente en el mundo del motor. Si bien es cierto que, con el paso de los años, el mundo del motor ha ido creciendo, pero nosotros también pasamos a deportistas de todas las modalidades: futbolistas, jugadores de baloncesto, golfistas, atletas y ciclistas.
--Cambiando un poco de tema, ¿cree que hay mucha diferencia entre la sanidad pública y la sanidad privada?
--No. Siempre digo que la vida de un cirujano tiene tres fases y creo que eso es lo que mis "jefes" me han enseñado. Durante la primera fase estás en un hospital, donde “tu gente” te enseña tu profesión. Te enseña a saber operar, a tratar bien a los enfermos y a cómo expresarte con ellos. La segunda es devolver lo que te han dado: es decir, enseñar a otro. Luego, la tercera, es una fase de empate técnico: lo has dado todo y lo has devuelto. En esta última fase es donde los médicos están menos dedicados a los hospitales públicos y hacen más medicina privada. Para mí, la medicina privada es semiprivada, porque a menudo funciona sobre la base de compañías de seguros. Es una cirugía donde los hospitales públicos están desbordados porque la gente vive cada vez más años y, en consecuencia, tiene más años para lastimarse. En definitiva, hay más cosas, pero los presupuestos de los hospitales públicos son los mismos que los de hace cinco años. Así que eso no cuadra.
--¿Cuál considera que ha sido el avance médico más revolucionario en los últimos años?
--El uso de células para curar un hueso. O también quizá las placas que ahora ponemos se personalizan en la clavícula. Por ejemplo, para las clavículas, hay más de 30 modelos. Los materiales también están mejorando, las incisiones son más pequeñas... Los avances en medicina en este sentido son importantes. En la docencia también ha habido muchos cambios, las clases magistrales se han visto reducidas considerablemente y ahora todo es muy práctico. Los estudiantes de Medicina se forman con cadáveres.
--Los expertos señalan que, durante la pandemia, el uso del transporte público ha caído a favor del patinete eléctrico y de la bicicleta. ¿Se ha traducido este hecho en un aumento de lesiones?
--Por supuesto. Salimos a una media de tres a cuatro fracturas diarias, cuando antes apenas era una. Entendemos a la población que opta antes por el patinete eléctrico y la bicicleta para hacer sus quehaceres diarios e incluso para hacer escapadas de montaña, pero no te puedo negar que estamos preocupados. La siniestralidad se ha disparado en el último año.
--¿Cree que la pandemia ha cambiado la medicina?
--Totalmente. Es evidente que la pandemia ha marcado un antes y después en el mundo de la Medicina. Es impresionante ver como en un año se han acortado plazos y han sacado una serie de vacunas que en otras circunstancias habrían tardado de cinco a diez años. La ciencia avanza ye este es un avance trascendental.
--¿A favor de las vacunas?
--Al cien por cien. Ante la eficacia, no tiene ningún sentido no vacunarse. Son muchos más los beneficios que las hipotéticas o pequeñas complicaciones que existen en cualquier circunstancia médica. Tú te tomas una aspirina y puedes tener complicaciones.
--¿Cómo son estos nuevos protocolos en quirófano?
--Para empezar, 48 horas antes de la intervención debe haber un PCR negativo. En el área quirúrgica, la nueva normativa de quirófanos obliga, sobre todo, a reforzar el control de aerosoles. Al principio de la pandemia se contagiaron pacientes y cirujanos por desconocimiento. Nos enfrentábamos a algo desconocido. No obstante, también es cierto que el sistema de consultas ha cambiado: la separación es mayor física y temporalmente. Antes citábamos a pacientes cada cinco minutos y ahora cada 15 minutos. Aunque a nuestra profesión también ha llegado el teletrabajo o, mejor dicho, telemedicina. A muchos pacientes que venían a consulta ahora les hacemos consulta online. Evitas contacto. Aun así, hay escenarios en los que el contacto es inevitable, incluso, cuando el paciente está contagiado. Se da el caso de que en algunas curas se extreman las precauciones. Si hay un paciente contaminado, el profesional sanitario se protege con un EPI.