Isabel Díaz Ayuso ha sido la invitada del primer programa de Bertín Osborne en Mi casa es la tuya. De hecho, ella ha sido la que ha abierto las puertas de su casa al periodista para rememorar su infancia, adolescencia y primeros pasos en el ámbito político. Osborne lo que quiere es descubrir al personaje, no lo que hace. Por eso, el presentador ha abordado temas como las relaciones, los estudios, y la familia, más que la política.
Con un menú formado por chuletones y verduras -todo productos de Madrid-, Ayuso y Osborne charlan sobre la infancia de la madrileña. Originaria de Chamberí, la presidenta de la Comunidad se independizó muy joven. Después de terminar periodismo en la Complutense, estuvo viviendo unos años en Ecuador y en Irlanda. Sin embargo, Ayuso confiesa que de inglés sabe poco más que el típico “how are you?”.
Anécdotas de infancia
De pequeña, Díaz Ayuso se consideraba una niña “muy crítica” aunque “tímida” también. “Me gustaba escribir cartas a políticos, de hecho, con 8 años escribí a Felipe González para decirle que estaba todo fatal”, confiesa la madrileña. Aunque nunca llegó a verlo en persona, se lo agradece enormemente: “Ese tipo de cosas te marcan para siempre”.
Antes de llegar a estudiar periodismo, Ayuso tuvo una serie de tropiezos en su vida estudiantil: “Con 13 años repetí curso”. Admite que tuvo una “crisis existencial” y se tuvo que cambiar de colegio, pero que a partir de eso se convirtió en una “muy buena estudiante”. “Salía mucho con mi pandilla pero luego sacaba muy buenas notas”, confiesa la presidenta.
Primeros años en la política
“Me especialicé en comunicación política y dominaba los temas digitales”. La política del Partido Popular se afilió a su partido cuando terminó la carrera. De los políticos que más le han marcado en su carrera, Ayuso destaca a Cristina Cifuentes, por haberla “aupado políticamente hasta el número 23 de la lista”, y Pablo Casado, por haberla “propuesto candidata a la presidencia de Madrid”.
A partir de esos primeros años trabajando en la política, Ayuso admite que su vida se volvió "muy rutinaria". "Siempre sé a la hora que salgo de casa, pero nunca a la que vuelvo. Nunca he tenido dos días iguales en mi vida", admite la presidenta. Una rutina que siempre ha sabido compaginar con su vida personal y familiar, y que le ha hecho "muy feliz".